El Partido de Justicia y del Desarrollo (AKP), de Erdogan, obtuvo 259 escaños de diputados de un total de 550, mientras que los dos principales rivales del AKP, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y el Partido de Acción Nacional (MHP, derecha), obtendrían un 25,2% y un 16,5% de los votos (131 y 82 escaños, respectivamente).
Por su lado, el emergente partido kurdo HDP (Partido Democrático del Pueblo, de izquierda) obtuvo un resultado mayor al esperado, y con el 12,5% de los votos enviará 78 diputados al Parlamento, según resultados con el 98% de los sufragios escrutados, citados por las cadenas de televisión turcas.
“Hemos logrado una gran victoria (…) quienes quieren la libertad, la democracia y la paz ganaron, quienes quieren el autoritarismo, que son arrogantes y se consideran dueños de Turquía, perdieron”, declaró el líder del partido kurdo, Selahattin Demirtas, durante una conferencia de prensa en Estambul.
Por su lado, el Partido Republicano del Pueblo y el Partido de Acción Nacional denunciaron durante la campaña la voluntad de Erdogan de instituir una “dictadura constitucional”.
“Hemos vivido una campaña perfectamente desigual”, lamentó el jefe del CHP, Kemal Kiliçdaroglu, al depositar su papeleta en una urna en Ankara. “Espero que estas elecciones permitan aumentar la democracia y nuestra libertad”.
El resultado electoral de este domingo anula el proyecto de Erdogan de reformar la Constitución y reforzar así su poder de presidente. Después de once años como Primer Ministro, Erdogan fue elegido jefe de Estado en agosto pasado y entregó, en teoría, las llaves del Ejecutivo y del partido a su sucesor, el exministro de Relaciones Exteriores Ahmet Davutoglu.
Sin embargo, decidido a mantener las riendas del país, milita desde entonces por una presidencialización del régimen y un fortalecimiento de sus poderes. A pesar de las críticas, Erdogan hizo abiertamente campaña por “su” reforma y su partido, en contra de la Constitución, que le impone un estricto deber de neutralidad.