Tres personajes de diversas generaciones, La Abuela, La Madre y el Hijo, mudos testigos de la Revolución Pingüina de 2006, son los protagonistas de Las Dimensiones del  Tiempo, obra escrita y dirigida por Cristián Ruiz. Durante el montaje los protagonistas dialogan de diversa forma con el tiempo y los cambios sociales, y se ven impactados en su vida privada por  la fuerza del movimiento estudiantil.

La pieza, que sube a escena el próximo 2 de julio en el Anfiteatro Bellas Artes, es ganadora de un Fondart 2015 en la línea creación y producción, y es la primera entrega de una trilogía titulada Hijos del Recuerdo.

El relato muestra a Daniela, una joven madre dependiente de una fotocopiadora, que  partirá en seis semanas a España para realizar un breve curso, y necesita la ayuda de su madre para cuidar de Benjamín, su dotado hijo de 10 años que sufre Síndrome de Alicia (alteración de la percepción que hace ver las cosas más pequeñas de lo que son). Como telón de fondo transcurren las marchas y demandas estudiantiles: el colegio del niño entra en toma y deben cambiarlo a uno particular.

Ruiz, quien fundó la compañía La Máquina Teatro en 2001, señala que la puesta en escena corre en dos líneas de acción, “una en el presente representacional, el de los actores que hablan directamente a público y evidencian la ficción del 2006 desde el presente, y la otra en 2006, donde la familia protagonista se siente afectada por el creciente movimiento estudiantil”, indicó.

El autor comenta que en todos sus proyectos dramatúrgicos subyace la idea de construir un diálogo con la historia de nuestro país y las transformaciones sociales que se gestan con el tiempo. “En todos mis textos cabe preguntarse sobre el tipo de paradigmas que van cambiando en esta historia para reflexionar sobre aquellos desafíos que nos propone una sociedad en constante evolución. Y en este caso la pregunta principal es ¿qué pasó con aquellos testigos mudos de la Revolución Pingüina?”

Es así como el personaje de Daniela decide romper con el esquema familiar luego de ver tanta convicción en unos niños. Su madre, quien debe cuidar de Benja,  sabe que ese viaje se prolongará mucho más que tres semanas. “Ella y su nieto deben quedarse en este Chile que está cambiando a pasos agigantados en medio de distintas experiencias con el tiempo”, concluye Ruiz.

La puesta en escena de “Las Dimensiones del Tiempo es, según su autor y director, casi realista“porque nos permitimos ciertas licencias poéticas que no responden a un afán de simple cosmética, sino más bien que tienen relación directa con la idea que subyace en la obra de que los personajes vivencian de distintas maneras el tiempo”.

Andrea Ubal, Daniela Olmos y Claudio Vallejos forman el elenco, y el diseño integral está a cargo de Gabriela Massa, diseñadora que ha trabajado en producciones de Buenos Aires, España e Inglaterra. Su creación interpela a este estilo de actuación casi realista, “pero también dialoga con el tiempo proponiendo un mecanismo tosco y abstracto sobre el escenario, una especie de máquina del tiempo sobria y con luz propia, por lo que casi no se trabaja con los focos del teatro”. La banda sonora está compuesta por Alfredo Rossel y atraviesa un universo musical más bien rockero.

Las funciones de la obra se realizarán desde el 2 de julio hasta el 26 del mismo mes en el Anfiteatro del Museo Nacional de Bellas Artes y las entradas tienen un valor de $5.000 (general) y $ 3.000 (estudiante, niños y tercera edad).