Como Ovejas y Lobos cuenta la historia de tres ovejas que viven con el cazador; una de ellas es el ama de llaves, quien cuida y protege a las demás. Un día el cazador decide ir en busca del lobo, para asesinarlo. Durante el viaje el hombre se encuentra con un personaje emblemático de la literatura infantil, que está coludido con el lobo. ¿Cuál es la intención de estos dos personajes? ¿Matar? ¿Robar? ¿Liberar a las ovejas? Estas interrogantes solo el espectador las podrá resolver.

Basada en los cuentos alemanes de los Hermanos Grimm, la obra escrita y dirigida por Ariel Hermosilla (33)  trabaja desde las metáforas y trasfondos de los cuentos infantiles, buscando la realidad y la perversión, y tocando temas como la lucha natural entre dos especies opuestas (Ovejas y Lobos) y potenciando el simbolismo que cada una carga: el bien y el mal, el día y la noche, el cautiverio y la libertad, la obediencia y el instinto, la sumisión y la violencia, el cristianismo y el satanismo.

La puesta en escena elimina la oralidad usada tradicionalmente en las puestas en escena teatrales, buscando llegar al público a través de las imágenes, la música y la iluminación. Por estas características Hermosilla lo ha denominado “teatro de imagen y perversión” y, si bien hay textos en el montaje, se utilizan como un apoyo a la narración visual y sonora de la obra.

El director explica que el deseo de explorar en el silencio escénico surgió de una experiencia personal. “En el año 2011 viajé a Alemania con Manuela Infante y Teatro de Chile. Inserto en una cultura muy diferente y sin conocer el idioma, me vi en la obligación de buscar otro lenguaje, comunicándome a través de imágenes, gestos y sonidos”, cuenta. A esta vivencia se suma la constatación de que las personas interpretan las imágenes de manera muy distinta cada una, por lo que  se pueden obtener múltiples significados.

Al silencio escénico se suma que los actores que interpretan al lobo y las ovejas llevan máscara de animales, borroneándose así el rostro de los actores y actrices.

Hermosilla habla de este trabajo como una obra transversal y provocativa, donde se trabaja con la belleza de la visualidad y música mezclada en vivo. Esta posibilidad de múltiples lecturas hace que sea apta también para niños, desde 10 años en adelante.

Las funciones se realizarán a partir del 3 de julio hasta el 1 de agosto en Centro Cultural Estación Mapocho (Estación metro Cal y Canto). Las entradas tienen un precio de $4000 ( general) y $2500 ( estudiante y tercera edad).