Durante años la Casa Colorada fue la única construcción de Santiago con dos pisos. Fue edificada en el año 1769 para el presidente de la primera junta de gobierno, Mateo de Toro y Zambrano, quien vivió allí hasta su muerte y también, fue el punto de encuentro de la aristocracia del siglo XIX. Allí se hospedó por ejemplo, al General San Martín y a Bernardo O’Higgins, entre otros.
La Casa Colorada, ubicada en pleno centro de Santiago (calle Merced 860), fue también declarada Monumento Nacional en el año 1977 y además, corresponde al primer museo de la ciudad de Santiago.
Sin embargo, la Casa Colorada hoy mantiene sus puertas cerradas al público. ¿El motivo? Los daños originados producto del terremoto de 2010 y la falta de recursos para su reconstrucción.
Según Andrés Mosqueira, director del museo, la última actividad que se realizó en la Casa Colorada fue en mayo de 2010. “Ahí se determinó cerrar porque las condiciones no estaban aptas para que siguieran funcionando”, explicó.
Pese a ello, en este período la Casa Colorada ha sido restituida en distintos ámbitos mediante la ejecución de pequeños trabajos. Uno de ellos tiene que ver con las colecciones textiles y las pinturas del museo, las que fueron mejoradas el año pasado.
“Hay una parte del proyecto que se ejecutó que tiene que ver con la recuperación de ciertos espacios interiores. Por ejemplo, se hicieron algunas incorporaciones de elementos que no teníamos, como un sistema de salva escaleras. Además, se hizo toda una normalización del sistema eléctrico y un cambio de cubierta de una parte del inmueble. También se cambió toda la estructura de madera que estaba en malas condiciones”, dijo Andrés Mosqueira.
Pero aún falta que hacer respecto a la recontrucción de la casona. Se trata de una de las etapas “más complejas”, ya que según Mosqueira, este proyecto involucra el volumen del segundo piso de la Casona, espacio que según indicó, sufrió graves daños luego del terremoto de 2010.
En esta etapa el museo pretende, por ejemplo, mejorar la piedra con que fue construida la casona, la que fue dañada producto de “los diversos temblores, los impactos de la locomoción colectiva y las intervenciones humanas”, explicó Mosqueira.
Además, este segundo proyecto contempla la rehabilitación de todas las maderas del museo y una remodelación de la museografía que data de los años 80.
No hay plazos establecidos
Sin embargo, para que esto se cumpla es necesaria la inyección de cerca de 900 millones de pesos.
Según Mosqueira, aún no existen plazos para que este segundo proyecto se concrete, por ende, tampoco existe una fecha exacta para que el museo vuelva a abrir sus puertas. “Todos estos procesos de búsqueda de recursos tienen sus tiempos”, dijo.
Actualmente, este segundo proyecto de recuperación se encuentra en el Gobierno Regional, instancia en donde se generan los recursos.
“Estamos hablando de recursos sobre los 900 millones de pesos, recursos que no dispone el municipio, pero la idea no es hacer un proyecto al cual después haya que agregarle proyectos, sino que hacer un solo gran proyecto que involucre distintos aspectos de la puesta en valor de este inmueble patrimonial”, concluyó el director del museo.