Durante esta madrugada la Gobernación Marítima informó sobre un nuevo derrame de petróleo de la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP). Por esta razón, Pablo Badenier, ministro de Medioambiente, llegó a la bahía de Quintero para supervisar las labores de contención que realiza el organismo.
Frente a esta situación, ENAP emitió una declaración pública en la que señaló que “junto con lamentar la situación ocurrida, informa que ha puesto a disposición de la autoridad correspondiente y la empresa afectada, todos los equipos disponibles para la contención de derrames y personal técnico calificado para enfrentar este tipo de situaciones”.
Sin embargo, las organizaciones ambientales del sector de la Quinta Región expresaron su molestia.
De acuerdo a esto, Miguel Insunza, miembro del Consejo Ecológico Puchuncaví-Quintero, afirmó que están preocupados ante la falta de información oficial.
“Es una zona muy castigada y hay poca voluntad política para mirar los problemas que surgen desde la salud de la gente y siempre se enfocan en proteger a las empresas o al modelo económico”, afirmó.
Además, el dirigente indicó que la información presentada a raíz del derrame de petróleo ocurrido el pasado 24 de septiembre de 2014 cambió varias veces.
Por otra parte, el biólogo marino de la Universidad de Valparaíso, Humberto Díaz, comentó que este nuevo derrame produce distintos daños, uno de ellos relacionado con la fauna marina: “Aparte de los componentes que tiene este hidrocarburo, desde el punto de vista netamente mecánico, ya algunas de las fracciones más pesadas producen un arrastre de los microorganismos que están en esta columna de agua marina, produciendo un daño en lo que se llama la productividad primaria, que es como el pasto marino, que es el fitoplancton. Por el otro lado, al caer al fondo marino se produce un daño de la fauna bentónica que es la que vive acerrada al fondo”.
Según lo explicado por el académico, esto limita el movimiento de los organismos, como por ejemplo el de la jaiba, los bivalvos, los coritos o las almejas, lo que afecta toda la cadena. “Por eso es importante saber si se puede recuperar el máximo posible después del derrame”, indicó.
Por último, el biólogo añadió que “llama la atención que, independientemente del tamaño o la extensión del derrame, ocurran dos incidentes en menos de un año”. En ese sentido, hizo un llamado a la empresa a generar una revisión de protocolos para evitar nuevos casos.