Señor Director:
Soy auditor habitual, cotidiano, de su programa Comentario Político de las 8:15 horas, que usted nos entrega todos los días hábiles a través de la radio de nuestra querida Universidad de Chile y de todas “las radios que piensan”. Debo anticiparle que siempre he admirado la eficacia conceptual que caracteriza la emisión de su pensamiento crítico propio y el profundo respeto por las opiniones ajenas y el rigor metodológico de la verdad de sus argumentos.
El viernes 21 de agosto de 2015 ha tenido usted una conversación con el señor Gabriel Salazar, a propósito de la reciente edición de un nuevo y extenso libro de ese historiador, tan renombrado y asiduo participante de la mayoría de los medios de comunicación. Más allá de las interpretaciones sobre la historia política y social de Chile, a las que por cierto tiene todo el derecho ciudadano a expresar con entera libertad y frente a las cuales, cada auditor o lector de sus textos puede tener la opinión que le parezca, estoy convencido que las afirmaciones que se colocan en boca de los protagonistas reales de la historia de las luchas sociales de Chile, no pueden ni deben ser adulteradas, tergiversadas hasta la mentira, más aún si se trata, nada más ni nada menos, que del Presidente Salvador Allende Gossens, probablemente, para la inmensa mayoría de los ciudadanos chilenos y del mundo democrático entero, una señera figura y máxima expresión del movimiento popular chileno y latinoamericano del siglo XX.
En efecto, casi al final de la entrevista que a usted le concedió, el señor Salazar se despacha las siguientes afirmaciones: “…el conflicto se plantea en junio del ’73 después, del Tanquetazo (él dice el Tacnazo) en que nosotros frente a La Moneda gritábamos: ¡a cerrar, a cerrar el Congreso Nacional; hagamos la revolución de una vez! Y Allende nos gritó, porque nos gritó: ¡Contrarrevolucionarios! ¡La revolución la hace el Gobierno y no ustedes!”.Yo estaba en la plaza esa tarde y lo que afirma el señor Salazar es completamente falso. Jamás Salvador Allende, ni ese día, ni después ni antes, en toda su larga vida como líder auténtico del pueblo chileno, dijo lo que su entrevistado ha afirmado con una sorprendente soltura e irresponsabilidad. Por otra parte, ese polémico discurso está grabado y se puede comprobar la falsedad en que ha incurrido el señor Salazar.
Ciertamente, puedo asegurarle, señor Director, que hay otros párrafos de los dichos de su entrevistado en esa conversación respecto de los cuales podría resaltar a mi juicio, omisiones reñidas con el conocimiento, pero he querido sólo detenerme en el punto que le he detallado, porque me parece indispensable denunciar este tipo de falsedades que han estado siempre destinadas a tergiversar, desnaturalizar, mistificar, adulterar, deformar y ocultar, finalmente, la inmensa significación del heroico movimiento popular chileno y los enormes alcances de su máximo líder contemporáneo, con el propósito de desarmar la conciencia crítica de nuestros pueblos.
Le saluda muy atentamente,
Dr. Carlos Antonio Molina Bustos
Ex Subsecretario de Salud Pública de Chile (noviembre de 1970 – septiembre de 1973)
Magister en Historia por la Universidad de Chile
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