A pesar de que las apuestas estaban en contra de la selección chilena sub 17 antes del inicio de los octavos de final del mundial de categoría, el primer tiempo mostró a una aguerrida Rojita que se las arreglaba para complicar a una selección de México que llegaba con grandes pergaminos, luego de ser campeón y finalista en las ediciones 2011 y 2013 del torneo, evidenciando el progreso en el trabajo de menores que han realizado en el fútbol azteca.
Y esa osadía e irreverencia de la selección nacional se vio recompensada en el minuto 40, con el gol de cabeza de Brian Leiva, quien en plena área chica conectó un tiro de esquina en el que el portero mexicano Romero quedó estacado al piso, provocando la explosión de las más de diez mil almas que llegaron al Nelson Oyarzún de Chillán.
Sin embargo, la alegría duró muy poco, porque tras cartón, a los 42 minutos, vino el empate de los norteamericanos merced a una desinteligencia defensiva de la Rojita que aprovechó Claudio Zamudio, quien en el área chica conectó un centro desde la izquierda.
Gol psicológico, del cual la selección no se pudo reponer, y en la segunda etapa el equipo azteca desplegó todas sus armas que lo tienen encumbrado en el primer orden mundial a nivel de menores, lo que dio sus réditos a los 60 minutos con la anotación de Pablo López, tanto que resultó liquidar las aspiraciones chilenas, porque nueve minutos más tarde fue Eduardo Aguirre quien estiró las cifras, cerrando la llave a favor de los mexicanos.
El 4 a 1 final llegó a los 90 minutos con el gol de Diego Cortés, que vino a poner el broche de oro a la actuación de los aztecas en tierras chillanejas, no obstante la cifras resultaron ser demasiado expresivas en relación con lo que se vio en el campo de juego, en donde la Rojita dio una dura batalla, sin entregarse nunca y jugándose su opción hasta las postrimerías del encuentro.
Los dirigidos por Miguel Ponce se retiraron bajo aplausos que premiaron la entrega de los jóvenes, por quienes hace menos de medio año muy pocos hubiesen apostado porque lograran superar la primera fase, cuando a cargo del argentino Alfredo Grelak, mostraban un paupérrimo juego, que mejoró notablemente gracias a la mano del “Chueco” Ponce.
Ahora, la tarea es para la ANFP que debe potenciar el trabajo de las selecciones menores, cambiando la estructura de campeonato nacional de las categorías menores para generar mayor competitividad en las distintas series, algo que los expertos vienen clamando desde hace mucho tiempo.