El Ministerio de Defensa francés informó, a través de un comunicado, que diez aviones bombardearon la ciudad de Raqqa en Siria.
Según la información, se habrían arrojado más de 20 bombas las que destruyeron un campo de entrenamiento, un puesto de comando y un centro de reclutamiento del Estado Islámico.
La operación se llevó a cabo en coordinación con Estados Unidos. Esto ya que según el diario The Wall Street Journal, el gobierno de Barack Obama ha suministrado datos de inteligencia al Estado francés.
“Nuestras fuerzas alcanzaron su objetivo: el campo resultó totalmente destruido”, agregó el presidente François Hollande en una declaración formulada en Nueva York, donde se encuentra para asistir a la Asamblea General de la ONU.