La muestra Varias cuerdas para un solo trompo exhibe el trabajo de siete artistas de la Universidad de Chile cuyas trayectorias se vinculan esencialmente con el pasado y tradición de esta casa de estudios y al mismo tiempo con una búsqueda y exploración en territorios experimentales. Adicionalmente los artistas expositores pertenecen a una generación profundamente fusionada con la Galería Gabriela Mistral, ya que reiteradamente han expuesto allí en el marco de un convenio con la Dirección de Creación Artística de la Universidad de Chile, en vinculación con los Departamentos de Artes Visuales y de Teoría de las Artes de la Universidad.
“La tradición ha significado una vinculación con la enseñanza, con el pasado y con la herencia que provienen desde la función republicana de la Universidad a mediados del siglo XIX, pasando por todas sus mayores transformaciones. Por vanguardia nos referimos a la labor experimental y expansiva que han jugado ciertos actores al interior de la Universidad para acoger e impulsar las transformaciones que ese modelo original ha ido sufriendo en el tiempo. En definitiva, se trata de una instancia sumamente atractiva para evidenciar la tensión que atraviesa la producción y enseñanza artística al interior de un marco tan histórico e institucional”, reflexionan los curadores.
En este marco, el título de la muestra Varias cuerdas para un solo trompo ejemplifica la idea de un proceso de aceleración, exceso e irracionalidad que emerge desde una concentración y focalización de manera reiterativa en asuntos punzantes y dolorosos que por su continuidad van generando una inscripción, una marca.
“Las obras de Pablo Ferrer, Tomás Fernández, Jaime Alvarado y Milena Gröpper, abordan este problema desde la pintura: una pintura en particular interesada en los aspectos olvidados, en los detritus de la imagen y de la historia, que sólo pueden ser explorados por ese proceso intenso de la pintura. La obra de Diego Lorenzini genera una enorme iconografía visual donde el exceso y las formas inventadas generan un universo nuevo e incomprensible. Finalmente, María Gabler y Adolfo Martínez exploran desde el objeto y los espacios ocultos e invisibles y los recuerdos incrustados en la memoria personal. De este modo, es esa tradición, ese espacio de protección, autonomía e historia, la que permite el desarrollo de un tipo de experimentación diferente a la de la ciencia, la tecnología o la política, donde el progreso es fundamental. Aquí, los elementos reactivos o regresivos son esenciales para una mirada distinta de la realidad”, explican Matthey y Szmulewicz.
Esta muestra incluye también una serie de actividades como espacios de conversación y reflexión en torno a las vertientes más experimentales dentro de la creación de la Universidad: la performance, la intervención urbana y el arte comunitario. A esto se sumará un debate histórico que pondrá en tensión a dos figuras relevantes al interior de la historia de la Universidad: Eduardo Martínez Bonati (pre-73) y Gonzalo Díaz (post-73), moderado por la historiadora del arte Soledad Novoa.
La exposición podrá verse en la Galería Gabriela Mistral (Alameda 1381) hasta el 15 de enero, de lunes a viernes de 10 a 19 horas y la entrada es gratuita.