La Renta Básica por existencia, una política pública promovida por sectores de la sociedad civil europea, y que supone que cada individuo reciba mensualmente, de parte del Estado una cantidad de recursos que le garantice una base económica para subsistir razonablemente fue el centro del conversatorio “La libertad en los trabajos”, organizado por la Fundación Sol.

La Renta Básica considera que estos recursos se traspasarían a todos los individuos que habitan determinado territorio, sin condiciones, es decir, sin considerar su salud física o mental, su condición socioeconómica o si se encuentra privado o en ejercicio de su libertad.

Para David Casassas, profesor de teoría social y política de la Universidad de Barcelona, aunque los ricos también accederían a la Renta Básica, ésta no sería una práctica regresiva, pues estaría integrada al sistema impositivo –en el que los que más tienen pagarían mucho más de lo que reciben.

Además, el profesor Casassas, indicó que al ser un ingreso que garantiza a los trabajadores una base de recursos, la Renta Básica aumenta la capacidad de negociación de los asalariados, en lo que respecta a la obtención de sueldos justos y a adecuadas condiciones de laborales.

En este sentido, Casassas, cuya obra gira en torno a la economía política de las democracias, indicó que la Renta Básica implica complementariedades y sinergias, por ejemplo, con sistemas de salud privados, pues al contar con un ingreso mensual garantizado, los sujetos resultarían menos riesgosos para las compañías aseguradoras.

Finalmente, el profesor señaló que la importancia de discutir hoy en torno a la implementación de una política pública como la Renta Básica descansa en la necesidad de la aparición de proyectos que propicien la re apropiación colectiva por parte de los actores sociales de los medios y procesos de producción, como objetivo político.