Una de las críticas recurrentes en este cierre de año legislativo ha sido el vértigo con que el Gobierno pretende legislar los proyectos que considera prioritarios.
Un clima que ha estado acompañado por las recriminaciones cruzadas entre los dirigentes y parlamentarios de la Nueva Mayoría, particularmente entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista.
“Tenemos un pacto de Gobierno que incluye a todos los partidos de la Nueva Mayoría, que se articuló en torno a un programa, y que ofrecimos a Chile en las pasadas elecciones. En la medida en que el foco de atención queda puesto sobre ese programa, entonces las diferencias entre los partidos quedan de lado”.
Claramente las palabras del diputado de la Democracia Cristiana Sergio Espejo, uno de los vicepresidentes falangistas, aluden a un ideal que se aleja de la realidad.
De hecho, así lo planteó en la primera edición de Radio Análisis, en conversación con el periodista Patricio López, al aclarar que “cuando se producen situaciones en las que el foco de atención no está puesto ahí y, como ocurre a consecuencia de una evidente falta de conducción del Gobierno, de mí Gobierno, una incapacidad de plantear lo que se quiere cuando la situación se vuelve difícil, cuando existen controversias que son inevitables en cualquier gobierno, se produce un desparrame”.
Un contexto, agrega el legislador, en el que el apoyo al Gobierno es más bajo, “y donde muchos tienen la tentación de desalinearse, desmarcarse y concentrarse en otras cosas. Tenemos un problema”, apuntando a que “el timón no está tomado con claridad y no se dice lo que se quiere”.
Recurrentes críticas por los problemas de conducción que desde la propia Nueva Mayoría se les atribuyen a la Presidenta Michelle Bachelet y su equipo político.
“El Gobierno es uno solo y los problemas no son de un ministro o de la Presidenta por separado. El Gobierno lo dirige la Presidenta, tiene un comité político, tiene ministros sectoriales. Utilizando los mecanismos de coordinación que estimen necesario, deben fijar posiciones”, exige Sergio Espejo.
Y agrega: “Cuando uno espera que las cosas se resuelvan solas, que es lo que ha venido haciendo lamentablemente el Gobierno durante los últimos meses, es inevitable que se produzca este desorden. A eso se agrega que desafortunadamente también desde los partidos políticos hemos apreciados situaciones que nos cuesta entender, es decir, una cierta tendencia a tratar de afirmar lo que a mí me importa, lo que me puede traer beneficios a mí, como dirigente, a mi partido, en vez de velar por el buen desempeño de este pacto de Gobierno”.
Un escenario que califica como “malito”, lo que se agrava ante la baja adhesión en las encuestas. “Nosotros llegamos al Gobierno con más de 50 por ciento de la votación y hoy un cuarto de los chilenos apoya lo que está haciendo el Gobierno”.
Como soluciones, el diputado propone centrar el foco en la agenda de reformas. “Entender que esto no va a salir adelante con la imposición de unos sobre otros. En democracia se gobierna construyendo mayorías, construyendo acuerdos, lo que significa que en función de lo principal todos vamos a tener que renunciar a alguna de nuestras aspiraciones”.
Por ello, insiste en que “no es posible lograrlo todo, no es posible imponer voluntades. Y la principal responsabilidad de producir esa articulación es del Gobierno”.
“Hemos sido extremadamente leales con el Gobierno”
Pese a las críticas que han recibido desde los propios partidos de la Nueva Mayoría, por sus permanentes cuestionamientos a las disposiciones del Gobierno en cuanto a sus emblemáticos proyectos de ley, desde la DC insisten en lo contrario.
“La Democracia Cristiana ha respaldado con sus votos, en términos mucho más contundentes, en la Cámara y en el Senado, los proyectos que ha presentado el Gobierno durante estos dos años. Más que los otros partidos de la Nueva Mayoría que tienen representación parlamentaria. Nosotros hemos sido extremadamente leales con lo que nos ha pedido el Gobierno”.
¿Existe, entonces, una disponibilidad para acatar las resoluciones que pudiera determinar un liderazgo fortalecido, como podría ocurrir en los casos del proyecto de Reforma Laboral o sobre la posible nulidad de la Ley de Pesca?
“El liderazgo presidencial y del Gobierno –explica Espejo– tiene que plantearse para definir de qué manera interpretan las conclusiones y el avance del programa de gobierno. Pero si existen discrepancias, se vota, y que los ciudadanos vean qué es lo que hace cada uno. Pero no se puede pasar a un esquema donde el Gobierno no fija posición”.
Esto, a propósito de lo que considera discusiones que se eternizan o que se resuelven de mala manera. “Lealtad al Gobierno, por supuesto, pero que fije posición y que se revele arriba de la mesa qué es lo que cada uno piensa. Una posición que debe articular lo que son las distintas posiciones al interior de la Nueva Mayoría y también construir puentes con la oposición”.
En suma, “concretar leyes y que no solo se traben en el Congreso y así evitar una nueva etapa donde la traba sea puesta a través del recurso del Tribunal Constitucional”.
Y si se trata de un balance de lo que fue el año 2015, el diputado reconoce que los principales problemas no estuvieron en las diferencias de opinión parlamentaria, sino en el envío de proyectos de ley que carecieron de una construcción previa, respecto de un grado de acuerdo necesario. “Incluso sin haber trabajado los contenidos de estos proyectos para que tuvieran viabilidad legislativa”.
Sin embargo, el legislador se muestra optimista, pese a las duras críticas que surgen por estos días. “Quiero celebrar que allí donde estamos frente a situaciones particularmente complejas y difíciles de enfrentar, reformas estructurales que nos acompañarán por mucho tiempo, el Gobierno se tome el tiempo para construir bien las cosas, como ha ocurrido, por ejemplo, con la ley de educación superior. Prefiero que nos tomemos algunas semanas más y presentar mejores proyectos que sean aprobados e implementados de buena manera”.
En ese contexto, y frente a lo que se ha denominado el “frenesí legislativo”, el diputado plantea que “la realidad es más fuerte que mil palabras o muchas declaraciones. Lo que está ocurriendo es que efectivamente una cantidad importante de los proyectos que se anunció serían aprobados durante enero, simplemente no ocurrirá”.
Y si bien anticipa la viabilidad de alcanzar a aprobar en la Cámara algunos de los proyectos comprometidos por el Gobierno, no ocurre lo mismo con la Reforma Laboral. “Es una de las materias en las que no hay acuerdo y donde se necesita que el Gobierno mejore su capacidad de articulación”.
Asimismo, advierte que tampoco se alcanzará a votar el proyecto de ley sobre anticolusión. “Lo lamento, porque este ha sido un trancazo del Senado que no tiene mayor explicación, porque es un proyecto bastante claro”.
En esa línea, su mensaje es a no dramatizar el que estos proyectos no sean despachados del Congreso durante esta semana. “Las cosas buenas cuestan y toman tiempo. No es bueno apurarlas solamente para poder decir que cumplimos con un determinado plazo, sin que eso vaya a cambiar nada en lo fundamental”, concluye Sergio Espejo.