Tres años para solucionar un conflicto armado que ya se extiende por más de cincuenta años. Los simples números hablan de la talla del desafío que implica alcanzar la paz en Colombia. Una paz a la que el presidente Juan Manuel Santos le puso fecha: el 23 de marzo. Día en que debería sellarse el esperado acuerdo entre su gobierno y la guerrilla, una firma histórica y que marcará un precedente a la hora de hablar de la resolución de conflictos armados.
Y mientras se acerca la fecha de ese plazo, se multiplican las declaraciones que hablan de los avances de las conversaciones, claro que sin despejar la duda de si habrá o no firma en La Habana antes de que termine este mes. Las más recientes, las de la canciller colombiana Ángela Olguín, que durante un viaje a España declaró que “el 23 de marzo habrá algo, veremos si es la firma total del acuerdo o de una parte”. A lo que agregó que hay “avances sustanciales en la construcción de un acuerdo para un alto al fuego bilateral y definitivo”, aunque sin precisar si este alto al fuego se firmará el próximo 23 de marzo.
En la misma línea, y desde La Habana, los negociadores de las FARC han hecho hincapié en lo cerca que se está de acordar un cese al fuego bilateral. “Al día de hoy estamos muy cerca de llegar a un acuerdo” dijo en una entrevista publicada este domingo en el Semanario La Voz el delegado de las FARC en las negociaciones de La Habana, Luis Antonio Losada.
Entrevistado por RFI, el director de dicha Semanario, Carlos Lozano, dice pensar que es poco probable que el plazo se cumpla: “Los diálogos de La Habana están ya culminando. Ya se han discutido cuatro puntos de la agenda, sobre los cuales ya hay un acuerdo parcial y se están adelantando las negociaciones sobre los dos últimos puntos que son el fin del conflicto y sobre los mecanismos de refrendación de los acuerdos. No se sabe aun cuándo exactamente será la firma del acuerdo final. El presidente Santos y el comandante de las FARC están diciendo desde septiembre pasado que la firma será el próximo 23 de marzo, pero a la luz de lo que queda por aprobarse es poco probable que se cumpla ese plazo”.
Lo que queda por hacer
La gran piedra en el camino es probablemente el punto de la refrendación de este esperado acuerdo de paz. El gobierno quiere que el acuerdo sea ratificado a través de un plebiscito, la única manera, según el mandatario de darle apoyo popular al proceso. “Estoy absolutamente convencido que si hacemos una buena labor de pedagogía, cuando el pueblo colombiano sepa los beneficios que nos va a traer la paz, los costos que nos va a traer la guerra, el pueblo colombiano va a aprobar los acuerdos”, ha dicho el mandatario.
Sin embargo, las FARC no piensan lo mismo. Para los líderes de la guerrilla el plebiscito no es el proceso más adecuado para validar los acuerdos de paz. Para ellos un acuerdo bilateral no puede ser refrendado por una instancia concebida para respaldar o no las decisiones gubernamentales. “Las FARC –dice Carlos Lozano– quieren refrendar este proceso a través de una Asamblea Nacional Constituyente. Este es un punto importante de contradicción y lo más seguro es que no se resolverá de aquí al 23 de marzo. Pero fuera de esto, sobre los puntos ya acordados, también hay cosas pendientes, tanto en el tema agrario como en el tema de víctimas que tienen que resolverse”.
Esto, aunque el calendario podría decir otra cosa. Justo por esos días el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, realizará su primera e histórica visita a Cuba. La Habana puede convertirse en esa fecha en el mejor escenario para firmar la ansiada paz colombiana.