Se jodió Perú

  • 11-04-2016

Ya no cabe la pregunta, en Las conversaciones de la catedral, (de Mario Vargas Llosa), “cuándo se jodió el Perú”, pues no sólo se jodió con la derrota en la guerra del nitrato, sino que acarrea esta tragedia desde siempre. En la literatura chilena sobre la guerra del Pacífico se pintaba a los habitantes del antiguo e importante virreinato como un pueblo débil y “femenino”, que nos había transmitido la lepra, una vez derrotados.

En Perú era una costumbre el elegir a gobernantes de izquierda y populistas para que implementaran políticas de derecha: hay una oligarquía de negocios que le da lo mismo quién sea Presidente de la República. Han pasado por el gobierno Alejandro Toledo, Alán García, Ollanta Humala, y la derecha peruana plutocrática sigue incólume.

En las últimas elecciones del 10 de abril del presente año, dos ex Presidentes de la República fueron enviados al basurero de la historia: Alán García, aprista funesto y uno de los personajes más corruptos y repugnantes de la historia sudamericana, y el “cholo” Toledo, que terminó su gobierno con el mayor rechazo ciudadano en la historia de Perú, lograron el 6% y el 1,1% respectivamente en la primera vuelta en las elecciones presidenciales. El APRA se salvó de morir gracias a una trampa electoral que le ha permitido vivir con menos del 8% – cifra exigida a combinación de partidos políticos -. Siempre he repetido que la historia no enseña absolutamente, pues los seres humanos muchas veces nos comportamos como idiotas y repetimos los mismos errores – nado raro que en Tontilandia elijan a Sebastián Piñera o a Ricardo Lagos para el próximo período -.

Los peruanos, al igual que los chilenos, parece que no han aprendido ninguna lección, pues reeligen a los peores dictadores o a alguno de sus familiares para ocupar la presidencia de la República: en Chile, lo hicimos con el “Caballo” Ibáñez, y en Perú existe la posibilidad de que lo hagan con la hija del dictador, Keiko Fujimori – su hijo obtuvo la primera mayoría en el Parlamento unicameral y es posible que sea su presidente -.

El régimen político peruano es más “civilizado” que el presidencialismo chileno: tiene una especie de semipresidencialismo, muy atenuado y, sobre todo, no existe esa excrecencia política que es el obsoleto senado, una cueva de corruptos e inútiles, que sólo retardan el normal proceso legislativo.

El rival de Keiko Fujimori en la segunda vuelta, es el derechista y millonario Pedro Pablo Kuczynski, (39,6% y 24,25, respectivamente). Los peruanos deberán elegir entre un populismo dictatorial y autoritario, y una derecha neoliberal, perfectamente concordante con la tendencia que se está imponiendo actualmente en América Latina – Antes, en Argentina y, ahora, probablemente en Perú, es decir, el piñerismo está de moda, con un candidato a Presidente frívolo, millonario, narcisista, que transforma la democracia en un supermercado, elegido por los emergentes fachos pobres de las capas medias, lo cual significa el convertir a América Latina en un vertedero -.

La izquierda peruana, que era prácticamente inexistente, antes dominada por personalismos absurdos, gracias al carisma y valores de Verónika Mendoza ha logrado reorganizarse y obtener una buena votación en la primera vuelta, con 16,57% de los sufragios, lo que es un signo alentador para la democracia en Latinoamérica.

La segunda vuelta estará marcada por el tema Fujimori y habrá que ver qué capacidad del empresario derechista para aglutinar a todos aquellos ciudadanos que rechazan los robos y crímenes de lesa humanidad de Alberto Fujimori y principal cómplice, Vladimiro Montecinos, es decir, elegir entre el menos peor, pero de todos maneras, Perú sigue estando jodido.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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