Desborde del Mapocho, reflexión y un poco de historia

  • 19-04-2016

El río Mapocho, ha sido un eje emblemático para la ciudad desde los asentamientos incas, hasta los días de hoy.  Los primeros habitantes fueron comunidades agrícolas junto al río Mapocho, principalmente dedicados al cultivo  de poroto, papa, maíz, y al pastoreo.   A orillas de este río  y junto al Cerro Huelén  por el lado oeste, se fundó el 12 de febrero de 1541 la ciudad de  Santiago de Nueva Extremadura por Pedro de Valdivia, que se convertiría en Santiago,  la capital de Chile.

Este fin de semana todos los chilenos pudimos ver como el río más importante de la ciudad, que  cruza la capital de este a oeste, se salió de su cauce, inundando avenidas y dejando millonarios daños. Desde la fundación de la ciudad de Santiago el río Mapocho se ha desbordado 25 veces., sólo en el siglo XX se desbordó 7 veces.

La crecida del río por fuertes lluvias y la autorización de las autoridades para   construir carreteras interviniendo su lecho, provocaron este desastre. Que se pudo haber evitado. A mi parecer, lo que se debió  hacer  desde el principio es una planificación  urbanística de la zona. La construcción de grandes torres para oficinas en Avenida Andrés Bello (Costanera) con Tajamar, el Costanera Center, obligó a Obras Públicas construir carreteras, puentes y túneles por la gran afluencia de  autos. Provocando en este sector una  gran congestión a toda hora. Estas carreteras, son útiles e indispensables pero  en este caso, llevaron  obligadamente a intervenir el río. El río Mapocho es un río que no trae mucha agua, pero históricamente, cada cierta cantidad de años, se desborda, baja desde la cordillera con mucha fuerza  por la gran  pendiente que tiene la ciudad, provocando grandes desastres. El de este fin de semana se podía haber evitado de no haberse intervenido el lecho del río y de haber planificado mejor la urbanización del sector.

Quien pudo observar la televisión, en un sector frente al parque Bicentenario,  había una carretera en construcción,  una muralla dentro del lecho del río que más bien parecía un dique, obviamente que una máquina la estaba rompiendo para dejar pasar el agua que había tomado otro cauce. El de la calle.

No estoy en contra del progreso, es indispensable, como también de la existencia de  las empresas privadas para que realicen obras civiles de gran magnitud. Sin embargo, creo que el Estado debe fiscalizar con profesionales altamente calificados porque estas obras de ingeniería se hacen con el dinero de los impuestos de todos los ciudadanos chilenos. Ahora, después de lo sucedido, evaluarán  lo que sucedió, aseguraría que no pasará nada. No habrá multas por lo sucedido.

La historia relata que en 1610 se  comienza a amurallar el río Mapocho.  En 1700 comienza la construcción de los tajamares, que en 1749 fueron completamente destruidos por una inundación. El corregidor Manuel Zañartu encarga la construcción definitiva de los tajamares y el puente Calicanto que en 1783 son destruidos nuevamente por una inundación. El entonces gobernador Ambrosio Benavides  ordenó al arquitecto italiano Joaquín Toesca su reparación. Mientras se discutía el presupuesto de la obra, el arquitecto construyó unos tajamares provisorios de madera que  perduraron hasta 1792, en que comenzó la construcción definitiva de los tajamares de Santiago, bajo la dirección de Toesca que fueron terminados en 1808, abarcando un total de 33 cuadras, una obra de gran magnitud para la época. Toesca fallece sin terminar la obra. En 1799 Agustín Caballero es el encargado de terminar la obra.

¿Qué pasaría si los caciques, Vitacura y Apoquindo pudiesen ver en qué se convirtió la ribera del río Mapocho donde cultivaban porotos papas y maíz?

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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