Este jueves se estrena en diez salas de diferentes ciudades El mal trato, segunda película del director chileno Daniel Vivanco.

El filme cuenta la historia de Ramiro, un personaje interpretado por Ricardo Pinto que es profesor de enseñanza básica y cuyo matrimonio se vuelve monótono y hostil. Su mujer comienza a maltratarlo, para que reaccione, pero no lo logra. Los episodios de violencia se repiten y el pequeño pueblo en el que viven se vuelve testigo de una historia que tiene un final trágico, cuando Ramiro ya ha perdido su trabajo y decide cobrar venganza.

Ese pueblo en realidad es Pitrufquén, en la región de La Araucanía, donde el director Daniel Vivanco vivió durante cinco años y donde comenzó a preparar la película: “Por eso se da ahí, porque siempre pensé hacer la película donde estaba viviendo, que era lo más fácil por temas de producción. Además, geográficamente es bonito y los pueblos chicos tienen esa gracia”, dijo en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile.

“Transformé Pitrufquén en un personaje, en una entidad social donde no hay secretos, donde todos se saben todo y donde los personajes están expuestos. En Santiago caminas y nadie sabe nada de ti, todos son anónimos, pero allá es así. Después de cinco años, todos sabían que yo hacía videos, todos sabían que vivía en tal parte y era pariente de tal persona y yo mismo empecé a saber las historias de todos. Es algo que se da mucho en los pueblos”, agregó.

En 68 minutos, El mal trato utiliza recursos del cine de suspenso y se centra en la sicología del protagonista, pero el director Daniel Vivanco señaló que uno de sus principales objetivos era tratar el tema de la violencia de género desde un punto de vista distinto, desde el de un hombre maltratado.

En ese sentido, el director enfatizó que la película no pretende justificar lo violento que el protagonista se vuelve finalmente con su mujer: “La idea siempre fue hacer una película un poco incorrecta en ese sentido. De esa forma, creo que podemos reflexionar un poco en torno al tema. Si siempre entregamos la misma visión, si todos encauzamos nuestra postura moral hacia solo un sentido, nunca vamos a reflexionar sobre algo más profundo. Entender los procesos, tratar de ponerse en el lugar del otro, es algo que me interesa como tema cinematográfico en general. Pienso que parte del rol del arte es pensar en las cosas que nos están pasando y puede ser que se malinterprete de esa forma, pero la idea no es justificar, de ninguna manera, sino reflexionar sobre la violencia”, argumentó.

El mal trato se puede ver desde este jueves en diez salas de Santiago y otras ciudades:

Cineteca Nacional
Cine Pavilion
Cine Pavilion de Punta Arenas
Cine Insomnia de Valparaíso
Teatro Centenario de La Serena
Cine Arte Universidad de Tarapacá
Centro de Extensión UBB
Centro Cultural de Angol
Aula Magna Universidad Católica de Temuco
Cineclub Universidad Austral