TEC: El nombre con que el electroshock se continúa aplicando en Chile

Con diferentes jornadas de protesta, el colectivo por la salud mental Libre-Mente denuncia que la Terapia Electroconvulsiva (TEC), actualmente aplicada en nuestro país y regulada por el Ministerio de Salud, es sólo una nueva forma de denominar a la polémica Terapia de Electroshock.

Con diferentes jornadas de protesta, el colectivo por la salud mental Libre-Mente denuncia que la Terapia Electroconvulsiva (TEC), actualmente aplicada en nuestro país y regulada por el Ministerio de Salud, es sólo una nueva forma de denominar a la polémica Terapia de Electroshock.

Alejandro Bustos fue paciente durante 20 años del Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz. En ese hospital, Alejandro sufrió en carne propia la terapia de electroshock:

“Según ellos ayuda mucho, pero yo en la práctica me di cuenta que no ayuda en nada. En el ámbito de la rehabilitación, de que una persona se puede mejorar, no existen claridades, no hay nada objetivo. Es como tirar petardos a una pared. Nunca es claro qué es lo que la persona tiene, y tampoco una rehabilitación o un mejoramiento, solamente rige la idea de que se tiene que seguir con los medicamentos y con los métodos que usan los psiquiatras, con el Hospital Psiquiátrico y con el sistema. A la larga lo único que hacen es perjudicar la vida de las personas.

No existe la idea de que la gente pueda reintegrarse a la sociedad, trabajar, pueda vivir su vida. No existe eso. Es como una tortura, como una esclavitud, Es una forma de hacerlos pensar que ellos son una cosa, y que por lo tanto sólo tienen derecho a vivir una vida restringida, por encima.

Nadie te ayuda, ni te motiva a salir de esa cuestión, al contrario, te marginan, te reprimen y te mantienen ahí, enclaustrado. No te dejan participar, ser una persona activa dentro de la sociedad. Te tratan de tonto, de lento y no te conocen. Los psiquiatras ven una ficha y simplemente te clasifican según tu diagnóstico. A la gente que meten a esos hospitales lo único que hacen es meterles medicamentos y nunca te sacan de ahí, cuando se supone que uno entra para rehabilitarse y poder salir adelante.

¿Qué persona tiene la moral de hacer ese tipo de cosas? ¿Qué persona tiene la moral de decirte a ti qué es lo que tienes que hacer? ¿Quién es dios aquí? Yo no creo que ellos sean dioses y también se pueden equivocar, pero si se equivocan nadie los reprime, nadie les dice que abusaron de estas personas que se supone que tienen problemas mentales.  Los mantienen en este circulo vicioso de los medicamentos de por vida. Eso es tortura y son unos imbéciles, unos sinvergüenzas porque ellos también se mantienen en este sistema, porque el sistema los ampara a ellos. ¿Pero quién ampara a los enfermos? Nadie nos ampara”, declara enfático.

Alejandro Bustos está indignado por lo que vivió y porque esta terapia se continúa ejerciendo en Chile. Actualmente forma parte del Colectivo Libre-Mente, grupo de apoyo entre personas que solidariza con la causa antipsiquiátrica.

Terapia Electroconvulsiva en Chile 

Pese a lo que podría uno imaginarse, en Chile todavía se utilizan terapias de electroshock en pacientes psiquiátricos. Actualmente conocido como Terapia Electroconvulsiva (TEC), el electroshock es un procedimiento psiquiátrico basado en la administración de corriente eléctrica en el cerebro de intensidad y duración suficientes para inducir una convulsión generalizada. El procedimiento supone  la aplicación de corriente para generar una descarga neuronal sincronizada que dure al menos 25 segundos, en ciclos. Este procedimiento se repetiría en sesiones semanales, según la necesidad del paciente.

Pese a que la terapia se realiza desde los años 30,  aún no se ha podido determinar cuál es el mecanismo específico que operaría en el cerebro para producir mejoras en los pacientes.

Como práctica médica, no es un tratamiento con evidencia científica que permita evaluar de manera clara sus beneficios. Cuantiosa bibliografía especializada señala que sería efectiva en tratamientos contra la depresión severa, psicosis esquizoafectiva y esquizofrenia. Pese a esto en el ámbito de la psiquiatría resulta un procedimiento controversial, lo que ha llevado a numerosos países del mundo a prohibir su aplicación, o a reglamentarla estrictamente como en Estados Unidos e Inglaterra.

Felipe Illanes, psicólogo de la Universidad de Santiago, explica que medidas como la TEC tendrían efectos que alterarían la vida de los sujetos de manera radical.

“Una de las consecuencias más patentes del electroshock es la pérdida de memoria y ¿Qué es la memoria sino la historia del sujeto? Es la historia de lo que uno se ha construido a lo largo de toda su vida, y en el fondo qué es el sujeto sin eso, cuál es el sentido de la vida sin la propia historia. Si bien es cierto que te modifica el comportamiento, que te permite estar más adaptado socialmente, pero a costa de tu propia historia, a costa de tu propia subjetividad”.

En Chile, la Terapia Electroconvulsiva es una prestación incluida y financiada por el sistema público de salud. Se aplica en diferentes instituciones médicas del país y el Ministerio de Salud cuenta con un protocolo de aplicación en el que se incluye la aplicación de la terapia con anestesia. Además, se requiere un consentimiento firmado que manifieste la voluntad del paciente y su familia.

Irene Mundigo, integrante del colectivo Libre-Mente señala que a su juicio uno de los aspectos más delicados de la TECes que pese a las buenas intenciones, atenta contra la libre voluntad de los sujetos.

“Yo estoy en contra de absolutamente todo lo que sea obligar a las personas a hacer algo en contra de su voluntad, o sin su consentimiento. Me parece que el infierno de los unos está pavimentado de las buenas intenciones de los otros, y eso es lo que rige la práctica del electroshock”.

Según el protocolo del Ministerio de Salud, la TEC es indicada sólo para casos específicos y cuando todas las alternativas de tratamiento han fallado. Sin embargo, los testimonios de las personas refieren que el uso de electroshock es común en los hospitales psiquiátricos y clínicas privadas de nuestro país, como primera opción de tratamiento o método de castigo.

“Toda la aplicación de este procedimiento esta completamente invisibilizada, no hay un registro público, no se muestra a la ciudadanía lo que pasa en los psiquiátricos. Todo lo que pasa ahí queda como mito, como prácticas que no se saben que se sigan aplicando, es algo que no forma parte del discurso público porque saben que el imaginario del electroshock es súper negativo para el bienestar de la persona, por eso está tan invisibilizado”, señala Felipe Illanes.

El próximo miércoles 29 de junio, el Colectivo Libre-Mente llamó a una jornada de protesta a las afueras del Instituto Psiquiatrico. Convocada a las 12 del día en las afueras del metro Cerro Blanco, esperan reunir una gran cantidad de personas y negar que la Terapia Electroconvulsiva sea un método válido para el tratamiento de personas.





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