Como una persecución al movimiento del pueblo pehuenche del Alto del Bíobío, calificó Francisco Lipinan Calpan la decisión del tribunal de Los Ángeles de condenarlo a presidio efectivo por tenencia ilegal de armas.

El comunero insiste en que la situación es absolutamente irregular y lejos de la realidad, ya que el arma involucrada es una rifle a fogueo y no uno de asalto o de guerra.

Lipinan criticó el actuar de las policías en su caso, al tiempo que detalló lo que a su juicio fundamenta la persecución en su contra.

“En el Alto (Bíobío) se está viviendo una resistencia hacia las empresas transnacionales, en este caso son las hidroeléctricas. En este marco estoy siendo perseguido y ahora condenado, por presiones de las empresas hidroeléctricas y minicentrales que se pretenden instalar en territorio pehuenche”, precisó el comunero.

Esta resistencia, agregó Lipinan, molesta a las empresas que buscan instalarse en la zona del Alto del Bíobío, tal como ya fueron construidas las centrales de Pangue y de Ralco que provocaron un movimiento de resistencia en contra de esas represas en las décadas de los ’90 y el 2000.

Lipinan sostuvo que “esta situación la califico como presiones del poderoso que quieren tener, dar señal que deben tener un preso por los diversos movimientos que han hecho acá los comuneros pehuenches”.

El comunero comentó que la decisión del tribunal de Los Ángeles de condenarlo a entre cuatro y seis años de presidio efectivo, es injusta y será analizada por los miembros de su comunidad.

No obstante, indicó que será en conjunto que definirán si se presenta a la audiencia de lectura de la sentencia programada para la próxima semana.