“Atrapados en Japón”: Viaje de emociones

“Atrapados en Japón” es un documental muy personal, pero contado con tal destreza que se vuelve atrapante y emocionante. La búsqueda del descubrimiento del carácter de ese padre desaparecido, de intentar conectar con él a través de sus memorias, de los objetos, de los lugares se mezcla eficientemente con una pequeña pero relevante historia en el contexto de un conflicto que definió el destino, literalmente, de todo el mundo.

“Atrapados en Japón” es un documental muy personal, pero contado con tal destreza que se vuelve atrapante y emocionante. La búsqueda del descubrimiento del carácter de ese padre desaparecido, de intentar conectar con él a través de sus memorias, de los objetos, de los lugares se mezcla eficientemente con una pequeña pero relevante historia en el contexto de un conflicto que definió el destino, literalmente, de todo el mundo.

La realizadora Vivienne Barry -reconocida por su importante trayectoria en animación- estrena en Sala Radicales su primer largometraje, el mismo que ya recibió reconocimientos en el Festival de Cine de Valdivia, el Festival Cine de Mujeres FEMCINE y BioBioCine.

En este documental Vivienne Barry invita al espectador a acompañarla en la búsqueda de un padre al que apenas conoció. Fallecido en la infancia de la realizadora, la película intenta ir construyendo a este misterioso hombre a partir de las huellas que dejó, huellas que estuvieron marcadas por la experiencia que, junto a otros cinco periodistas, vivió en 1941 en un viaje a Asia.

El título “Atrapados en Japón” refiere al viaje de este grupo de profesionales, invitados oficialmente por el gobierno japonés para visitar la isla y algunos de los otros dominios del entonces Imperio. La visita, que comienza como una experiencia de intercambio cultural en donde los periodistas son agasajados con lo más selecto y tradicional de la cultura japonesa, poco a poco va cambiando de tono volviéndose el entorno cada vez más hostil, hasta que la gira queda suspendida a causa del conflicto internacional en el que también participa Japón. La Segunda Guerra Mundial y su extensión al Pacifico van a marcar el devenir de este grupo de chilenos que ven suspendidas sus posibilidades de hacer el camino de retorno. El tiempo en que se ven obligados a quedarse en tierras asiáticas y las peripecias diplomáticas para poder encontrar una manera de regresar a casa, ocupan gran parte de las reflexiones de esta película.

El documental está construido desde la mirada de su autora, desde sus reflexiones, recuerdos y deseos que se expresan a través de las imágenes y de una voz en off que de alguna manera dialoga con una voz masculina que ficcionalmente es la del padre y que va relatando las experiencias de este viaje. Diversos recursos como fotografías e imágenes de archivos se van mezclando con imágenes del viaje que la propia realizadora hizo a los lugares que habrían visitado el grupo de periodistas, a lo que se suman unas delicadas animaciones de muñecas chinas y japonesas que otorgan belleza y dinamismo a la narración.

“Atrapados en Japón” es un documental muy personal, pero contado con tal destreza que se vuelve atrapante y emocionante. La búsqueda del descubrimiento del carácter de ese padre desaparecido, de intentar conectar con él a través de sus memorias, de los objetos, de los lugares se mezcla eficientemente con una pequeña pero relevante historia en el contexto de un conflicto que definió el destino, literalmente, de todo el mundo. Vivienne Barry nos seduce desde la forma para acompañarla en su viaje y cuando ya estamos embarcados en él, nos da razones para conmovernos con ella. La invitación se agradece.





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