Si alguna certeza puede sacar la Roja de esta doble fecha clasificatoria, es que hay un grupo de jugadores que es imprescindible para el buen funcionamiento del equipo.

Las bajas de Claudio Bravo, Marcelo Díaz y Gonzalo Jara en el partido contra Paraguay, sumada a la de Gary Medel contra Bolivia, resultaron ser determinantes, y Juan Antonio Pizzi jamás pudo dar con los reemplazantes adecuados para suplirlos, sobre todo a “Carepato”.

Esta noche fue Rodrigo Millar quien intentó hacer de enlace entre la defensa y el mediocampo, pero no logró entrar nunca en juego, al igual que el resto de sus compañeros, que se entregaron al desorden táctico en que se sumió la Roja, frente a una selección boliviana que jamás se desaplicó en su afán de conseguir un resultado favorable.

Si bien, los primeros 20 minutos Chile se volcó con todo sobre terreno de los verdes, salvo un cabezazo de Eduardo Vargas casi en área chica que fue desviado por el golero Carlos Lampe, el resto del partido fue un constante chocar contra la muralla boliviana, situación que demostró ser un problema sin solución para los chilenos.

Al final, la Roja cayó en la total confusión sin poder hilvanar una jugada de riesgo para la portería rival, rubricando el cero a cero en el marcador, y estancándose en el séptimo lugar de la clasificatoria con 11 puntos.

La próxima fecha doble será en octubre cuando Chile enfrente a Ecuador en Quito y luego a Perú de local.