La Segunda Sala de la Corte Suprema ratificó la sentencia dictada por el ministro Mario Carroza, de 4 años de prisión en contra de los coroneles (r) de la FACh, Edgar Cevallos y Ramón Cáceres como autores de las torturas en contra del general Alberto Bachelet -padre de la Presidenta de la República-, al interior de la Academia de Guerra Aérea (AGA).
La justicia determinó que ambos uniformados fueron “coautores del delito de aplicación de tormentos al general de la Fach Alberto Bachelet”, y descartó los recursos de casación presentados por las defensas de Cevallos y Cáceres, que buscaban revertir un fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago.
En la resolución se detalla que el general, luego del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, fue acusado de haber sostenido “reuniones con personas de izquierda y eventuales movimientos de armas al interior del Banco del Estado”.
El Máximo Tribunal acreditó que una vez que fuera trasladado a la AGA, el general Bachelet fue sometido “a tratos crueles, inhumanos y degradantes por oficiales y personal de la Fuerza Aérea, quienes desempeñando funciones de interrogadores bajo el mando de la Fiscalía de Aviación en Tiempo de Guerra, les torturaban”.
“Dichos tormentos eran como ‘ablandamientos’ y le provocaron isquemias, particularmente por los antecedentes cardíacos que le precedían y que a esa fecha eran conocidos por los oficiales que se encontraban cumpliendo funciones en la Fiscalía de Aviación y que finalmente en esa ocasión obligan a su hospitalización en el hospital institucional desde el 22 de septiembre de 1973 hasta los primeros días de octubre de ese año, diagnosticándole una afección cardiaca provocada por el estado de tensión y presión psicológica a la cual se le había sometido”, agrega el fallo.
Luego, el 18 de diciembre de 1973, el general vuelve a ser detenido y fue llevado a la Cárcel Pública “donde lo mantienen recluido junto a otros oficiales en una celda y donde sufre nuevas descompensaciones. Finalmente el 11 de marzo de 1974, el General Bachelet es retirado desde la Cárcel Pública por una patrulla formada por un Oficial y dos conscriptos de la Fiscalía de Aviación, en cumplimiento de órdenes superiores, quienes le trasladan a dependencias de la Academia de Guerra para someterlo a un interrogatorio y obligarlo a escuchar los quejidos por torturas a una mujer”.
Finalmente, “en horas de la mañana la víctima (general Bachelet) se siente mal y decae, siendo atendido por el doctor Yáñez, compañero de reclusión, quien comprueba que el General Alberto Bachelet sufre de una dilatación cardíaca aguda, la que finalmente sería la causa de su muerte en dependencias de la Cárcel Pública, donde no se le pudo brindar oportunamente los cuidados que la urgencia requería, dada la complejidad del cuadro cardíaco y los escasos medios para asistirlo”.