Vacuna contra papiloma humano: El "muro de contención" contra el cáncer

Cada año 600 mujeres mueren en Chile por cáncer cervicouterino. La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) enfrenta un escenario que reúne publicaciones científicas, dudas desde la ciudadanía y una tarea pendiente desde las autoridades.

Cada año 600 mujeres mueren en Chile por cáncer cervicouterino. La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) enfrenta un escenario que reúne publicaciones científicas, dudas desde la ciudadanía y una tarea pendiente desde las autoridades.

“Refleja que debemos redoblar nuestros esfuerzos para informar a la población e intentar educar ante la evidencia disponible” explicó el académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Miguel O´Ryan, ante las críticas por la campaña de inmunización contra el virus del papiloma humano.

Esta enfermedad, que afecta principalmente a mujeres entre los 35 y 55 años, tiene consecuencias muy serias que llevaron al desarrollo de planes de prevención extraordinarios. “Como el examen de Papanicolaou (Pap) que jugó un rol muy relevante en disminuir los casos (de muerte) de varios miles, a 600” recordó el médico cirujano y pediatra.

Miguel O’Ryan llamó “a compartir lo que la evidencia médica demuestra, y lo que no demuestra porque no sabemos todo, y en eso debemos ser transparentes. Pero lo que sí demuestra, con muchos millones de dosis administradas, es que es una vacuna segura y disminuye en forma sustantiva la infección por los papiloma virus que son más causantes de cáncer”.

En el balance potencial riesgo-beneficio, el especialista en enfermedades infecciosas pediátricas agregó “que no  hay duda que el beneficio está a favor de la recomendación mundial, del más alto nivel, de vacunar a nuestras niñas y en algunos países a nuestros jóvenes” (que son potenciales transmisores).

Es un tema “médico y social”

En algunas regiones del país, apoderados presentaron recursos de protección en las Cortes de Apelaciones rechazando la aplicación de la vacuna que está dirigida a las niñas de 4° a 8° básico.

El 9 de septiembre pasado, la diputada Cristina Girardi exigió el “estricto” cumplimiento de la Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes. “De manera que sean informados acerca de las ventajas y desventajas o posibles efectos adversos de la vacuna contra el VPH y que se les respete su decisión respecto de aceptar o rechazar dicha vacuna” dijo la legisladora del PPD.

En la oportunidad, manifestó que se daban diferencias sobre la obligatoriedad entre colegios públicos y privados.

Hace algunos días, la ministra de Salud Carmen Castillo encabezó un proceso de vacunación en Coquimbo. Ante la judicialización, la secretaria de Estado argumentó que “cuando se compra a privados cuesta hasta ochenta mil pesos cada dosis. Por lo tanto, es una vacuna que era imposible de ser adquirida por muchas familias, y hoy día, a través del Gobierno, se entrega a todas las niñas del país”.

Carmen Castillo manifestó, al observar “insistencia y desconfianza” de algunos padres, que en más de 60 países se está vacunando contra el VPH con la misma inmunización: “queremos señalarles que confíen, porque hemos comprado una buena vacuna, segura”.

Para el Doctor Ramiro Molina es un tema “médico-social”. El profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile manifestó que existe una responsabilidad directa del Minsal de analizar y evaluar el escenario.

“Fue excelente tomar esta decisión tan valiente de colocar esta vacuna y las mujeres tienen ese derecho” destacó Molina. Afirmó que se debe prevenir para que ojalá el virus no esté presente: “y ese muro de contención, se llama vacuna”.

Riesgos, beneficios e intereses

La gran pregunta es: ¿Quién corre los riesgos y los beneficios?. “Las personas tienen derecho a elegir… para tener libertad de decisión es necesario estar informados”, insistió el experto de la Universidad de Chile.

El doctor Molina recomendó revisar el plan de difusión de las autoridades ante las denuncias de efectos colaterales. “Me baso en información publicada en  una revista científica (2009) donde se relataron algunos efectos: síncope, cefalea, hipersensibilidad, desórdenes autoinmunes (reacción alérgica), sensación de parálisis en las piernas (Síndrome de Guillain–Barré), entre otros” comentó.

Agregó: “¿De qué frecuencia son esos efectos? Son de muy baja magnitud. Pero para el afectado es un 100 por ciento por eso deben estar informados. Eso puede tener una influencia negativa en la campaña de una vacuna porque basta que existan 5, 6, 7, 8 o 10 casos dependiendo de los medios de información y de la situación estratégico-política en qué se encuentra ese país”.

Ante los momentos de “tensión” en algunos establecimientos educacionales entre los apoderados y los funcionarios de salud, se plantea un mayor desafío en la coordinación de la red pública y con el propio Ministerio de Educación.

En este contexto, el doctor Molina puso alerta ante la necesidad de contar con buenos programas de detección precoz del cáncer y considerar una educación integral. “Donde se incluye ese tema, ¿en la clase de biología? No, en la de educación sexual. Aclarar el uso del Pap y responder a otras preguntas: ¿puedo prevenir el cáncer cervicouterino no usando vacuna? Sí, usando condón. Pero ése tema no está en Chile” aseguró.

Ante los datos del mercado e intereses de los laboratorios en esta materia, Ramiro Molina reconoció que es otra variable que está en juego en el tema y no se puede negar, es compleja manejarla pero se sale del ámbito de la ciencia.

“Es indispensable la investigación y la industria privada hace un aporte. La investigación en inmunología y en vacuna  significa inversiones millonarias. Pero cuando uno está en contacto con la ciencia, tiene que estar relacionado  con los derechos y deberes de las personas. Tengo que ser cauto y exacto cuando hablo si tengo algún interés o compromiso con la industria privada. En ese caso, es una declaración de ética, tengo que decirlo” concluyó el doctor Molina.





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