Un estudio liderado por el profesor e investigador principal y jefe del Programa de Salud Ambiental de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, Dante Cáceres, reveló que en los espacios donde coexisten los niños de la ciudad de Chañaral, existen concentraciones riesgosas de material particulado fino con presencia de metales pesados, que está afectando la salud de aquellos infantes.
El estudio “Evaluación de los efectos agudos por exposición continua a material particulado proveniente de relaves mineros sobre la salud respiratoria de escolares de la ciudad de Chañaral” revisó el caso de 110 niños entre 6 y 15 años, donde se analizaron los niveles de presencia de dicho material en los espacios escolares y residenciales donde cohabitan los menores. La investigación arrojó una alta presencia de metales pesados en los suelos y el polvo de aquellos lugares. El origen de estos metales no sólo provienen de la corteza terrestre, sino también de actividades industriales, entre las que se mencionan aquellas derivadas de la minería, a través de sus desechos.
“Entre los resultados encontramos relación entre los niveles de material particulado fino exterior (MP2.5) y cambios en la función pulmonar, especialmente en la capacidad vital forzada que se manifiestan 4, 12, y 24 horas después de la exposición, lo que habla de los efectos acumulativos del MP. Por otra parte, y como un objetivo secundario, se determinaron puntualmente los niveles de MP 2.5 y polvo sedimentado en microambientes escolares -sala, oficina, patio- de jardines y escuelas básicas, durante la jornada escolar en diferentes estaciones del año”, explicó el investigador.
El estudio también plantea que la situación de riesgo se agudiza durante otoño e invierno, debido a la geografía de la ciudad. Chañaral, al ubicarse en una cuenca, los vientos se dirigen hacia la costa, lo que produce el levantamiento de la tierra que contiene este material particulado.
Pero un aspecto más preocupante tiene que ver con la medición de metales en el polvo sedimentado de los recintos escolares. En aquellos sondeos se encontró elevados niveles de cobre, arsénico y cobre; existiendo de este último niveles incluso más altos de los permitidos por normas internacionales.
El profesor Cáceres relevó además que “estos resultados son preocupantes, porque si existe este tipo de MP que tiene altos niveles de metales pesados, muchos de ellos pueden tener efectos en salud a largo plazo. Los niños están en pleno crecimiento, lo que los hace más susceptibles a la exposición de contaminantes, máxime si ésta es constante. Para ello, hay que seguir estudiando con fondos asignados para estas áreas.
El académico llamó a atender el problema que supone la exposición de las personas a estos metales pesados, debido al riesgo que representa para la salud. “Ahora los resultados están en manos de las autoridades, que son los mandatados a manejar el riesgo y a dar respuesta de gestión ambiental adecuada y en plazo razonable para atender consultas del estudio, en especial a los niños y sus padres”, concluyó el académico.