A mediados de los años 70 el Régimen Militar inició la instalación de más de cien campos minados a lo largo de todo el territorio nacional.
La medida tuvo por objetivo resguardar al país de posibles invasiones, especialmente de Argentina. De esta manera, se colocaron minas antipersonales en Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Magallanes.
Con el tiempo, y pese a que nunca existió un asalto extranjero, estos sectores continuaron cercados. Los campos minados se convirtieron, de esta forma, en lugares prohibidos.
Por ello, el colectivo Agencia de Borde, compuesto por Paula Salas, Rosario Montero y Sebastián Melo, en colaboración con Javier Jaimovich y Matías Vilaplana, decidió realizar la muestra Una explosión sorda y grave, no muy lejos.
La exposición se enfocó en la zona de Atacama y se basó en testimonios de los residentes de las zonas aledañas a los campos minados.
Según la artista Paula Salas, “estos lugares son una realidad física, concreta, pero también son parte de la visión subjetiva de este territorio del desierto de Atacama”.
“En algunas partes hay objetos enterrados, misteriosos, que son tremendamente peligrosos. Entonces, existe como un peligro inminente que está en el imaginario local”, agregó.
La muestra también integra una instalación sonora y una galería fotográfica donde se aprecian los objetos olvidados al interior de los campos minados. “Ahí existe como una pausa en el tiempo. Esos son territorios que desde que se cerraron no entraron personas. Hay objetos de la época que fueron utilizados por los militares: latas de atún, pedacitos de madera, carteles antiguos de los años 70. Son objetos que quedan preservados eternamente porque nadie puede entrar a remover esas cosas”, comentó Paula Salas.
Además, la exhibición presenta un mapa que recrea los recorridos que día a día hacen los habitantes del lugar para no toparse con los explosivos.
En este sentido, Rosario Montero manifestó que la exposición da cuenta de “la violencia pasiva” que representan las minas antipersonales. “Lo que más nos impresionó fue de qué manera un objeto que físicamente no ocupa un gran volumen de espacio, influye en la identidad del territorio”, dijo.
La muestra también incorpora registros audiovisuales capturados con un dron. “Lo que hacemos con el dron no es grabar la vista aérea para describir el lugar, sino la vista de un caminante que recorre y muestra cómo se ve el lugar desde ahí”, explicó Sebastián Melo.
El trabajo del Colectivo Agencia de Borde se complementa con el sitio web The land mine proyect. En él se presentan imágenes y textos ligados a la muestra.
Una explosión sorda y grave, no muy lejos podrá visitarse hasta el 22 de enero de 2017 en el Museo de Arte Contemporáneo de Quinta Normal (Av. Matucana #464), de martes a domingo de 11:00 a 18:00 horas y la entrada es gratuita.