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Violinista Álvaro Parra: “Es necesario invertir en teatros y orquestas profesionales”

En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el intérprete, miembro de la Orquesta Filarmónica de Berlín, comentó la precaria situación laboral que viven los músicos en el país. “Si las condiciones se dieran en Chile sería mucho más fácil que se formara un movimiento más grande”, dijo.

Abril Becerra

  Martes 22 de noviembre 2016 17:04 hrs. 
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Hace casi 20 años el músico Álvaro Parra decidió asentarse en Alemania para incorporarse a la Orquesta Filarmónica de Berlín.

La travesía del intérprete, que nació en Concepción, comenzó a sus siete años cuando influenciado por sus padres, los pianistas Sergio Parra González y María Eugenia Soto Cáceres, adquirió su primer violín.

“Siempre estuve muy ligado al ambiente musical. Me acuerdo de algunos conciertos que alguna vez dio mi papá. Por otro lado, mi mamá estudiaba todo el día. Entonces, como que desde un principio estuve rodeado por música y músicos. Fue todo bastante natural”, comenta el artista Álvaro Parra.

“Recuerdo una Navidad en la que mi mamá me dijo si yo quería una pelota o algún juguete. Yo le respondí: ‘No, quiero un violín’. Ahí quedé condenado”, agrega entre risas.

cultura5_gs1283f8k_1_22309682_3El músico también reconoce que a principios de los 90 barajó la posibilidad de estudiar Sociología o Filosofía. “En Chile eran tiempos candentes socialmente. La dictadura había terminado. Entonces, comencé a relacionarme mucho con el movimiento político y ahí tuve la inquietud de irme por ese lado, pero lo mío era la música”, sostiene.

Hoy, en tanto, el violinista dice estar a gusto con su labor en Europa. Al mismo tiempo, añade: “En Berlín tengo a mis dos hijos, mi puesto de trabajo. Se me hace muy difícil cambiar esa situación. Estoy bastante feliz allá”.

Por estos días Álvaro Parra se encuentra en Chile presentando un ciclo de conciertos que tomarán lugar el 23 de noviembre en Paillaco, el 24 en  San José de la Mariquina y el 25 en Valdivia.

Sin embargo, pese a lo agitado de sus días, se toma unos minutos para conversar con Diario y Radio Universidad de Chile.

¿Cuáles fueron los obstáculos que debiste enfrentar para llegar a tocar en la Orquesta Filarmónica de Berlín y consolidar tu carrera allá?

El primer obstáculo fui yo mismo. Superar toda la parte técnica y todos los estudios, fue un camino bastante largo, o sea, desde que llegué a Alemania para estudiar tuve que enfrentarme con un alto nivel. Un obstáculo importante fue reconocer la posibilidad concreta que existía de llegar allá, porque la gente que nace en un ambiente de alta calidad tienen mucha confianza en si mismo, saben lo que pueden y lo que no, en cambio, uno que viene de afuera tiene que convencerse de eso. Por ejemplo, cuando yo gané el puesto en la Orquesta estaba súper sorprendido. Por el contrario, mis compañeros tenían claro que querían llegar allá y que eso era sólo un medio para ser solistas o para estar en otro lugar. Es decir, poder aceptar que uno puede ir subiendo en la meta final y que ahí hay más posibilidades, es una de las grandes barreras que hay que superar.

Pero, ¿cómo explicas ese fenómeno? 

Tiene que ver con la idiosincrasia y con las posibilidades a las que uno está acostumbrado acá. Por ejemplo, en Alemania la música es un medio respetado, es una profesión reconocida por la sociedad en general y eso es posible porque en las Orquestas existen buenas condiciones de trabajo. Todos tienen contrato indefinido, tienen condiciones de salud. Uno puede acceder a jubilaciones bastante dignas si se compara con Chile. Entonces, todo ese entorno forma también esa idiosincrasia, porque si uno viene de un lugar donde la música no es reconocida y no es respetada por la sociedad, entonces todo es complejo.

Pero en tu opinión, ¿por qué allá se da esta situación y no acá en Chile? ¿Dónde recaen las responsabilidades? 

Un quiebre fundamental se originó en dictadura. Fue un quiebre no sólo en la mentalidad, sino que en todo el arte y la cultura. Jorge Peña Hen fue asesinado en ese tiempo. Y pese a los esfuerzos que se han hecho, como el aumento de incentivos y el fomento de las Orquestas Juveniles, todavía faltan cosas que van desde qué teatros hay para los conciertos. La Orquesta Sinfónica de Chile, por ejemplo, toca en un cine antiguo que no tienen condiciones acústicas para una Orquesta que es una de las principales del país. En general hay ciertos parámetros que no han cambiado y bueno, la creación de las orquestas estables es uno de los pasos importantes. En este sentido, estable significa que hayan sueldos dignos para los músicos y mejores condiciones laborales. Ahora hay muchos músicos chilenos en el extranjero. El primer corno de la Orquesta Filarmónica de Múnich era primer corno de la Orquesta Sinfónica de Chile. Él se fue porque allá hay otras posibilidades. De verdad hay una emigración de músicos hacia afuera. Si las condiciones se dieran en Chile sería mucho más fácil que se formara un movimiento más grande aquí.

Sin embargo, ¿existe una mayor valoración de las Orquesta en Chile?

Dentro de la precariedad existe un mayor fomento. O sea, este fomento se está dando a través de las Orquestas Juveniles. Además, hay un par de orquestas nuevas, pero también hay casos como el de la Orquesta de Cámara de Valdivia donde existen 14 plazas para músicos. Es decir, esta Orquesta es casi un Ensamble de Cámara. Para mi falta mucho para que el fomento sea real y sistemático, de tal forma que se pueda estructurar un movimiento musical. Saludo que se otorgue cierto fomento, pero de verdad es necesario invertir en teatros, formar orquestas profesionales con contratos fijos e indefinidos con todo asegurado y escuelas de música. También hay que traer a profesores de otras partes para acercarse de forma a modelos de países donde las Orquestas si funcionan.

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