Con molestia reaccionaron las comunidades contrarias a la instalación del proyecto minero portuario Dominga en la región de Coquimbo, luego que se suspendiera la etapa de participación ciudadana convocada por el Servicio de Evaluación Ambiental, SEA, en el contexto del proceso de evaluación ambiental de la iniciativa.
Recordemos que Dominga es un proyecto perteneciente a la empresa Andes Iron SpA que pretende emplazarse en la cordillera de la costa de la región de Coquimbo. En su declaración de principios, el proyecto se declara como “responsable, inclusivo y transparente” que busca desarrollar “una nueva minería, que considera a la comunidad y al patrimonio ambiental e histórico del entorno que acoge”.
De acuerdo a lo informado por las propias comunidades afectadas, el taller de participación ciudadana convocado por el SEA, fue suspendido debido a que no se dieron las condiciones a causa de una serie de manifestaciones a favor y en contra del proyecto.
La instancia buscaba informar sobre las modificaciones realizadas por el titular, Andes Iron, y explicar los procedimientos y plazos que tiene la comunidad para formular preguntas y observaciones. Debido a que el proyecto Dominga recién ahora se refiere a los impactos en el medio ambiente marino, las comunidades que viven en la costa están preocupados por las consecuencias que este puerto y mina tendrá en caso de que apruebe.
Alejandro Barrera, representante de los agricultores de Los Choros afirmó que el proyecto está generando una fuerte división en la zona “Hay mucha división respecto al tema, acá se está creando una división muy grande en la comuna y eso es muy peligroso. La autoridad no le ha puesto hincapié en ese tema, se puede salir de las manos y puede llevar otros ribetes más grandes”, señaló.
Por su parte Gabriel Molina, vocero federación pescadores de La Higuera y presidente del gremio de Los Choros, manifestó su oposición al proyecto ““Estamos en contra de estos proyectos portuarios, de Dominga y CAP. Estamos en contra por todo lo malo que se ha hecho en el proceso. Es un proyecto viciado ambientalmente y el SEA lo sabe. No se puede llegar a un buen término, por un buen camino, con este proyecto. Asistimos a una convocatoria del SEA que finalmente está viciada por no dar las condiciones necesarias para realizar una participación ciudadana. Llegaron adherentes a Dominga, personas de la empresa, y quienes están en contra, y se provoca esta batahola de violencia y eso no da seguridad, en una comunidad de cuatro mil habitantes y hay espacio para que participen 50 personas”, enfatizó.
En tanto para la representante de Oceana, Sofía Ramírez, las modificaciones del área de influencia del proyecto pone en riesgo el ecosistema marino de la zona “lo más preocupante aquí en este proceso ha sido que el titular recién en la Adenda 3, es decir, hace dos meses ha presentado una nueva área de influencia detectando nuevos impactos significativos en el medio marino. No es posible evaluar nuevos impactos significativos en el medio marino a estas alturas de la tramitación, ya habiendo iniciado el proceso hace tres años. La aprobación de un proyecto así en un lugar reconocido mundialmente por su alta biodiversidad y su alta productividad, con especies emblemáticas como el pingüino de Humboldt, la ballena fin, la ballena azul, el chungungo, el pato yunco podrían tener consecuencias ambientales y sociales graves e irreversibles”, sostuvo.
Por su parte el gerente general de Andes Iron, Iván Garrido, salió a defender el proyecto minera y aseguró que es “altamente rentable para los habitantes de la zona”.
El representante de la empresa a cargo de Dominga fue enfático en señalar que la compañía busca generar valor compartido con toda la comunidad, evitando la entrega directa de dinero, y buscando armar proyectos en conjunto.
A esto agregó que las puertas están abiertas para los pescadores, siempre y cuando sostengan diálogo con toda la comunidad. Añadió que espera que el proceso ambiental avance correctamente, para así evitar la judicialización.