Una carta en redes sociales desató la polémica: María Gabriela Rubio, propietaria de un edificio de Ñuñoa, denunció que habían prohibido que la hija de su empleada doméstica se bañara en la piscina junto al resto de los niños.
En Facebook la mujer expuso su molestia: “Estoy enojada. Ayer recibimos un reclamo en el edificio donde vivimos, en la comuna de Ñuñoa, porque la hija de mi nana se estaba bañando en la piscina junto a mis niños. Mi nana fue informada por el conserje del alegato de una vecina que estaba molesta porque “la hija de la nana del 85 estaba usando la piscina” lo que iría contra el reglamento del edificio”.
De inmediato contactaron a la administración del lugar donde les confirmaron que en el reglamento, artículo 14, se señala que “se prohíbe el uso de la piscina al personal de empleados del edificio, como igualmente a sus familiares”, en el texto se agrega que “quedan incluidos dentro de esta prohibición, los empleados de servicio de los señores residentes y sus familiares”.
Luego de hacerse pública la información, abogados explicaron que la normativa va contra la ley, por lo tanto, los afectados podrían querellarse acogiéndose a la Ley Zamudio. Mientras tanto, pidieron una asamblea para ver la opción de modificar los estatutos.