Ya son más de dos semanas de conflicto y todavía el gobierno no es capaz de entregar una respuesta satisfactoria a los cerca de 70 mineros que permanecen a 600 metros de profundidad, al interior del pique Santa Ana, en protesta por una serie de incumplimientos en los que ha caído el Ejecutivo.
Luego que este fin de semana los mineros estuvieron acompañados por sus familias durante la celebración de la Navidad, se optó por cerrar el acceso al pique lo que ha dificultado la comunicación con los movilizados y lo que es peor, no se ha podido llevar alimentos, ni agua hasta el lugar donde se encuentran los trabajadores.
Recordemos que la movilización comenzó luego que los recursos prometidos para reactivar las funciones de la mina no fueron incluidos en la ley de presupuesto 2017, lo que se suma a la suspensión en la entrega de un bono de capacitación, ambos compromisos adquiridos por las autoridades en 2015.
Luis Chandía, presidente del sindicato de trabajadores de la mina Santa Ana, confirmó que la situación es compleja.
El dirigente señaló que las conversaciones con las autoridades avanzan muy lento y que se deslizó la posibilidad de que el subsecretario del Interior viaje hasta la provincia de Arauco para participar de las negociaciones, siempre y cuando se decline la movilización, algo que los mineros no están dispuestos a aceptar.
Quien encabeza el dialogo por parte del gobierno hasta ahora es el intendente (S) de la región del Bíobio, Enrique Inostroza, quien hizo un llamado a los mineros a actuar con “realismo” y agregó que “queremos tratar de aportar con una respuesta pero dentro de las posibilidades que tenemos, no queremos crear falsas ilusiones”.
De acuerdo a lo informado por los dirigentes de los trabajadores, la situación de salud de los movilizados es estable y salvo algunas complicaciones menores se encuentran en buenas condiciones.
De todas formas la situación es de cuidado considerando que no podrá descender hasta el fondo del pique el personal médico que ha estado monitoreando la condición de los movilizados, junto con las dificultades para poder entregar alimentos, motivos por los que suspendieron la huelga de hambre.