La tramitación de la Reforma de la Educación Superior fue postergada para seguirse discutiendo en marzo. La que fuera una de las principales promesas de campaña de la Presidenta Michelle Bachelet, se ha encontrado con una serie de obstáculos para su aprobación. En este sentido, existen dos puntos controversiales: el financiamiento y el trato a las distintas universidades.
La falta de acuerdo en estos aspectos ha llevado a que algunos parlamentarios estén proponiendo separar esos ámbitos en dos, tres y hasta cuatro proyectos diferentes. El objetivo sería obtener un mayor consenso y que pueda ser aprobado, al menos uno de ellos, durante los meses que quedan de gobierno.
El senador de la Democracia Cristiana y presidente de la Comisión de Educación del Senado, Ignacio Walker, afirmó que a su juicio la reforma debería ser separada en al menos cuatro proyectos de ley. El primero tendría que ver con calidad y acreditación, un segundo sobre institucionalidad y marco regulatorio, uno de estatutos jurídicos y por último e, uno referido a financiamiento.
En este contexto, recientemente se reunieron parlamentarios de la Nueva Mayoría con representantes del Gobierno. A la cita asistieron los ministros secretario general de la Presidencia y Gobierno, Nicolás Eyzaguirre y Paula Narváez, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés y la ministra de Educación Adriana Delpiano.
Tras una seguidilla de intentos, el único acuerdo que se adoptó fue el compromiso del Mineduc de trabajar durante febrero, en un texto que regule a las universidades privadas tradicionales, particularmente, promoviendo su fortalecimiento, y estableciendo un plan estratégico que aborde la relación de los organismos con Contraloría.
En conversación con Radio Universidad de Chile, la diputada de la Nueva Mayoría, Cristina Girardi, afirmó que “Lo importante es lo que el país gana con las universidades, y ese rol en todos los países del mundo que han entendido esto, las universidades estatales son financiadas por el estado y son gratuitas. En Chile se pretende que el estado financie todas las universidades, incluso aquellas que persiguen intereses privados, que no tienen que ver con el interés y el desarrollo del país, y en eso el gobierno no debe claudicar”.
Otro aspecto fundamental en este sentido, dice relación con la necesidad de reforzar algunos elementos claves, como la acreditación, que en el proyecto actual es sumamente débil.
“Lo importante es avanzar en una reforma que nos convenza y que no nos desdibuje, porque cuando se hacen demasiados cambios para que todo el mundo quede tranquilo, finalmente no satisface a nadie tampoco. Uno tiene que tener posturas en la vida, y si bien es cierto que hay cosas que se pueden dialogar e incorporar, uno no puede travestirse en esto”, señaló Cristina Girardi.
En este sentido, a juicio de la parlamentaria, existen aspectos claves que no deberían ser tranzados en la Reforma: “Hoy día en Chile se ha ido creando un sistema basado en el mercado y en ese sistema las universidades estatales están obligados a formar parte de una lógica de mercado que no tiene que ver con el desarrollo del país. Las universidades son espacio de posibilidades de un país y no necesariamente eso trae en el corto plazo beneficios económicos”.
Más allá de si la Reforma es separada o no, el objetivo que se ha propuesto la cartera de Educación es presentar durante los primeros días de marzo la reforma, para que sea discutida y aprobada antes del 21 de mayo, fecha en que la presidenta ofrecerá su última cuenta pública.