En el marco de la campaña “El Pueblo Ayuda” un grupo de voluntarios convocados por la Confederación de Estudiantes de Chile, viajaron hasta la Región del Maule para constatar en terreno las zonas donde menos llegaba ayuda.
Al consultar en la Municipalidad de Constitución, les comunicaron que Santa Olga estaba suficientemente intervenida con colaboración, al igual que los albergues. En este escenario, los más de 20 estudiantes optaron por emprender rumbo hasta un pueblo llamado Putú perteneciente a la comuna.
Se instalaron en una parroquia donde les facilitaron unas piezas y empezaron a formar equipos de trabajo. La coordinadora del voluntariado de la Confech, Macarena Montecinos, comentó que el pueblo al que llegaron no fue una localidad afectada por los incendios forestales, no obstante, les han repercutido indirectamente.
Por ejemplo, la sede de la junta de vecinos de Huenchumilla, la más grande del lugar, opera como centro de acopio desde donde se distribuyen enseres hasta sitios alejados donde no ha llegado la asistencia estatal. Asimismo, a muchas familias de Putú les ha tocado recibir a los damnificados.
En definitiva, se encontraron con una comunidad organizada.
“Las necesidades no están solamente en las viviendas, también en sus fuentes de alimentación: sus campos, sus chacras, sus animales. Las personas sacaban con mangueras el agua de la vertiente y podían incluso recorrer un kilómetro con tal de tener el recurso para consumo humano y animal, ahora las mangueras se quemaron y están sin agua, no tienen como comprarla. Muchos trabajaban en las forestales y ya no tienen trabajo, entonces están entre la tristeza y la incertidumbre de no saber qué va a pasar”, explicó desde Putú Macarena Montecinos.
Los voluntarios han escuchado relatos de habitantes que cuentan cómo en los episodios más críticos se sacudió por completo la normalidad en la que vivían, pues recibían alarmas de focos de incendios ocurriendo simultáneamente y aseguran que se veían movimientos de sujetos y vehículos desconocidos en el territorio. Al tiempo, que dueños de terrenos salían a defender sus propiedades.
Con estos antecedentes, Macarena Montecinos precisó las actividades que pusieron en marcha los voluntarios, entre las que se consideró levantar el ánimo de la población con bailes y juegos para los niños.
“Tenemos una ficha donde estamos tratando de hacer un diagnóstico lo más acabado posible para identificar cuáles fueron las reales necesidades materiales y no materiales de la zona, también hemos repartido cajitas de ayuda a las mismas personas. Además nos pidieron ayuda para trabajar en el centro de acopio comunitario porque algunos llevan más de dos semanas recibiendo casos de personas a quienes se les quemaron sus casas y recogiendo las cosas que traen particulares al centro”, declaró.
En lo que refiere a los subsidios y bonos anunciados por el Gobierno para la restauración, la coordinadora afirmó que algunos no han podido llenar la Ficha Básica de Emergencia (FIBE) que se requiere, a otros no les han alcanzado los 200 mil pesos para arriendos, y unos cuantos se resisten a dejar sus tierras y animales, por lo que han instalado carpas. En síntesis, las comunidades no esperan que el proceso de entrega de viviendas de emergencia y definitivas sea rápido.
Los estudiantes vuelven este domingo a Santiago y pretenden en marzo hacer otro viaje a Constitución para colaborar en la construcción de casas provisorias, asimismo, atender necesidades específicas como construir invernaderos y galpones.