Durante medio siglo permaneció oculto, pero acaba de salir a la luz: es el manuscrito que Richard Hickock escribió con su propia versión del crimen que Truman Capote relató en su novela estrella, A sangre fría, y que el escritor estadounidense no solo omitió, sino que intentó silenciar.
En 200 páginas, Hickock relata con detalle el crimen que cometió junto a Perry Smith en la noche del 15 de noviembre de 1959, que terminó con Herbert Clutter, su esposa y sus dos hijos asesinados en su granja de Holcomb, Kansas.
“Mis manos estaban temblando de entusiasmo. Se los iba a demostrar. Se los iba a demostrar a todos. Toda mi vida yo había escuchado que nunca iba a hacer algo que importara mucho”, escribe Hickock en uno de los pasajes del texto, que presenta un móvil diferente para el crimen.
Aunque no entrega mayores detalles, señala que fue realizado por encargo de un sujeto llamado “Robert”, que pagaría cinco mil dólares a la pareja de homicidas. Capote, en cambio, imprimió en A sangre fría la tesis que aceptó la justicia: Hickock y Smith llegaron convencidos de que Clutter ocultaba diez mil dólares y, al no encontrarlos, cometieron el asesinato múltiple.
El manuscrito fue hallado por el diario estadounidense The Wall Street Journal, que asegura que Hickocks lo escribió con ayuda de Mack Nations, periodista del diario Wichita Eagle.
Según el reportaje, que también se basa en entrevistas, correspondencia de Truman Capote y documentos de archivo, la policía hizo lo posible por frustrar la publicación del texto y apoyar la novela del reconocido escritor.
El Wall Street Journal cita una carta que Nations envía a la Procuraduría General de Kansas, en la que protesta porque Truman Capote puede visitar y escribirse con los culpables del crimen, lo que no estaba permitido para los demás periodistas. Asimismo, da cuenta de que el detective Albin Dewey, que investigó el caso, le contó a Capote sobre el manuscrito, que fue requerido por las autoridades penitenciarias. Justamente, esa copia del manuscrito es la que ahora fue revelada.
Capote hizo sus propios movimientos para impedir que la versión de Hickocks compitiera con A sangre fría. Primero, intentó comprárselo a Nations, que se negó. Luego, se regocijó cuando su colega fue acusado de evasión de impuestos, justo después de entregarle el texto a las autoridades: “¿Recuerdan a Mack Nations, el bastardo del diario que me causó tantos problemas? (…) Bien, ¡fue arrestado por evasión de impuestos!”, escribe en una carta a Benett Cerf, de la editorial Random House, que es citada por el reportaje.
Aunque Nations salió libre de cargos, quedó arruinado y terminó muerto en un accidente de tránsito ocurrido en 1968. A esa altura, su nombre y la versión alternativa de la historia ya estaban quedando en el olvido: Hickock y Perry habían sido ahorcados en abril de 1965; A sangre fría estaba publicada desde 1966, consagrando a Capote como una estrella del nuevo periodismo.