Emmanuel Macron llega este miércoles al debate con el inmenso favorito: las encuestas estiman que tiene el apoyo del 60 por ciento del electorado para convertirse en el próximo presidente de Francia, mientras Marine Le Pen conseguiría sólo el 40 por ciento de los votos.
Los candidatos enfrentarán en un debate televisivo de al menos dos horas, aunque la duración del duelo podría extenderse a pedido de los aspirantes.
Como lo ha hecho a lo largo de la campaña, la líder antiinmigración intentará presentar a su rival como el heredero del impopular presidente socialista François Hollande, de quien Macron fue ministro de Economía durante dos años (2014-2016).
Por su parte, Macron tratará de demostrar “la fragilidad” del programa de la líder ultraderechista, sobre todo en cuanto a su política económica proteccionista y su promesa de abandonar el euro, aunque en los últimos días ya no aparece como una de las prioridades de Le Pen.
Le Pen, una oradora eficaz que, con 48 años, tiene más experiencia política que su rival, se presenta como la “defensora del pueblo” frente a la “oligarquía”, que según ella encarna Macron.
Para el Frente Nacional este debate es un ejercicio inédito, ya que la única vez que la formación de extrema derecha pasó a segunda vuelta, en 2002, el candidato Jacques Chirac se negó a debatir con Jean-Marie Le Pen.