La crisis del sindicalismo chileno tiene un nuevo capítulo. En medio de la disputa que se vive al interior de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez, el eterno dirigente de la Central, anunció la creación de un nuevo frente sindical, uno paralelo, y que reúna a sindicatos, federaciones y confederaciones del mundo privado que no se sientan representados por la agrupación vigente desde 1988.
“Renunciaré a la CUT. No quiero ser parte de esta crisis”. Con esas palabras Martínez oficializó su retiro de la multisindical en marzo pasado, preludio de esta nueva formación. Esto, después de que el histórico dirigente socialista quedara relegado de los cargos de mayor figuración de la Central dado el acuerdo al que llegaron Bárbara Figueroa (PC) y Nolberto Díaz (DC) para ocupar la presidencia y la secretaría general interina, luego de las irregularidades que se cometieron con el padrón de votantes en la pasada elección de mesa dirigencial.
Así, y con una de las crisis más importantes de la historia de la CUT de fondo, el expresidente tomó la determinación de crear la Central de Trabajadores de Chile (CTCH): “Nosotros estamos en una coordinación de sindicatos del sector privado esperando que la CUT resuelva el problema de la crisis con una elección universal. Si no la hacen, indudablemente la gente va a crear una nueva central de trabajadores del sector privado de la cual yo seré parte. A nosotros nos echaron de la CUT, con todas las cosas que hicieron, las agresiones verbales. Ahora queríamos participar en la nueva elección y nos dijeron que no porque el padrón ya está hecho. No nos queda otra alternativa que trabajar en esta coordinación”.
Pese a que con sus argumentos emplaza directamente a la forma en la que Díaz y Figueroa han encabezado esta “lista transitoria”, los dirigentes (DC y PC, respectivamente), prefieren no referirse al tema. Al ser consultado, el secretario general de la organización, Nolberto Díaz, señala que “Arturo Martínez ya se fue, nosotros ya dimos vuelta la página. Cada uno es libre de hacer lo que estime conveniente. Vivimos en un país libre y democrático. Los que quieran seguir a Arturo Martínez que se vayan con él”.
Martínez no es el único molesto con la mesa que hoy dirige a la agrupación que congrega al mayor número de sindicatos del país. Los profesores agrupados en el Magisterio Nacional y los profesionales de la salud municipal mantienen “congelada” su participación en la Central, hasta que no se tome la determinación de pasar al voto universal.
Pero pese a la coincidencia argumental con Arturo Martínez, los disidentes no están dispuestos a formar una nueva agrupación, menos si es dirigida por alguien al que califican como “más de lo mismo”, recordando las denuncias pasadas sobre presuntas irregularidades cometidas por Martínez mientras era presidente de la CUT.
Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores, que actualmente tiene congelada su participación en la multigremial, cree que las soluciones no se encuentran en la creación de centrales paralelas: “Nuestra decisión es congelar en la CUT, no desafiliarnos. Somos críticos de la CUT, pero no estamos en la idea de una central sindical paralela y mucho menos con gente que tiene una trayectoria igualmente cuestionable a la que tienen los que hoy dirigen la CUT. Arturo Martínez tiene una directa responsabilidad en la crisis de la CUT y también forma parte de las irregularidades que determinaron los tribunales. Nosotros, a una multisindical creada por Martínez, no le vemos mayor credibilidad”.
Desde el gremio docente insisten en que el socialista también sería uno de los causantes de la crisis, acusaciones de las que se defiende Martínez: “Yo fui parte del sistema que creó esta situación porque estaba ahí, pero estuve cuatro años diciendo: ‘no inflen los sindicatos, traten de hacer las cosas bien’ y al final no entendieron. Yo estaba ahí, pero no soy parte del fraude que hay ahí adentro”.
José Luis Ugarte, abogado experto en derecho laboral, cree que el problema va más allá. Bajo su punto de vista, son los partidos políticos los que han cooptado los espacios directivos de la CUT y le han hecho trabajar para sus fines: “Martínez y Figueroa han representado el paradigma de la captura, de sindicalistas que no provienen en rigor del sindicalismo privado real, sino que de las propias fuerzas de los partidos. Su función no es representar prioritariamente a los trabajadores, sino capturar a las centrales sindicales para ponerlas al servicio de los partidos. Viene pasando hace décadas, pero hizo crisis en este último tiempo, por la Reforma Laboral y por lo deficiente que fueron las elecciones, que no respetaron ninguna regla de democracia razonable”.
La coordinadora de Martínez cuenta actualmente con 7 confederaciones, 15 federaciones y una serie de sindicatos nacionales. Su trabajo ha consistido en ayudar a los sindicatos en sus estatutos, en las negociaciones colectivas y asesorando en materia de despidos. Todo esto mientras esperan lo que haga la CUT para las próximas elecciones.