Anota todo lo que te de miedo. Junten sus sombras hasta que se conviertan en una. Añade colores. Mira el sol hasta que se vuelva cuadrado. Pásate una semana riendo. Tóquense unos a otros.
A mediados de los años 50 la artista japonesa Yoko Ono (1933) escribió una de sus primeras instrucciones: “Enciende un fósforo y observa hasta que se consuma” (Lighting Piece). Con ello, rompió con la tradición de vitrinas y galerías, donde el arte se situaba en una condición de objeto y de contemplaciones. En otras palabras, fundó una experiencia donde el público se transformó en una extensión de las obras: dio vida a un arte participativo que con el tiempo se volvió columna vertebral de toda su creación.
Su propuesta también inauguró una estética de fusión entre la literatura y la música, la cultura oriental y occidental.
“Las instrucciones de Yoko Ono son pequeñas acciones que unen lo instructivo y la poesía, lo que a su vez se materializa en una idea performativa. Tienen mucho que ver con la filosofía oriental, con pequeños actos y rituales”, explica Agustín Pérez Rubio, Director Artístico del Museo de Arte Latinoamericano (MALBA) y también co –curador de la exhibición Dream come true que hasta el 22 de octubre se exhibirá en la Fundación CorpArtes.
La muestra reúne más de 80 objetos pertenecientes a la artista japonesa Yoko Ono cuyo eje principal son, justamente, las instrucciones.
Para Laura Parrilla, Coordinadora de Artes Visuales de CorpArtes, en la muestra “hay todo tipo de órdenes, algunas mucho más mentales que son casi como un ejercicio de meditación como pásate una semana riendo, mira el sol hasta que este se vuelva cuadrado. Son acciones que sólo pueden pasar en tu mente”.
“Creo que lo que Yoko hace es que descanses, que medites, que te tomes tu tiempo y que hagas algo para el resto de la gente también”, agrega la gestora.
Esta exhibición, que ya fue presentada en México y Argentina, también posee un profundo carácter político, esto ya que a través de las piezas la artista recorre temas como la violencia contra la mujer, la crisis hídrica, la paz en el mundo y los derechos humanos.
En este sentido, según Gunnar B. Kvaran, director del Astrup Fearnley Museum en Oslo y co-curador de la exhibición, uno de los aspectos más relevantes en las creaciones de Yoko Ono son los derechos de las mujeres. “Ella es probablemente una de las artistas feministas más importantes. Realmente representa la voz de las mujeres”.
De ahí que Dream come true incluya una de las últimas creaciones de la japonesa: Mi mami es hermosa (1997), una enorme pizarra donde el público puede dejar mensajes dedicados a sus madres.
Otras de las piezas presentes en la muestra son Pieza reparación (1966), trabajo que a través de una simple instrucción invita a reparar el mundo a través de cerámicas rotas, y Pintura de techo (1966), instalación a través de la cual se habría conocido John Lennon y Yoko Ono.
Según Agustín Pérez Rubio, en la exhibición “Yoko está siempre respetando al otro”.
“Siempre habla de una manera universal a partir de acciones muy concretas y personales que pueden venir de su biografía, de lo político o de una realidad circundante. Ella aparte está al tanto de todo lo que ocurre en el mundo, es decir, es una persona sumamente involucrada y su arte viene de allí, de entender esa idea de que habla para todos y de que todos están incluidos en su propuesta”.
Pero la muestra no se limita a las instalaciones, sino que también hay presentes videos y sonidos. Incluso, se presenta Escultura parlante para Chile, un teléfono al que llamará la artista durante el periodo de la exposición.
Esta no es la primera vez que la obra de Yoko Ono llega a Chile. En 1999 la japonesa ya había exhibido algunas de sus instalaciones en el Museo de Arte Contemporáneo. Luego de esta visita Yoko Ono decidió donar una de sus piezas al Museo de la Solidaridad Salvador Allende.
Coordenadas
Cuando:
Hasta el 22 de octubre.
Horarios:
Martes-domingo 11:00-14:00 horas. Entrada liberada
Martes-domingo 14:00 a 18:00 horas. $2.000 (adulto) – $1.000 (niños/estudiantes/3° edad)