El sacerdote jesuita Felipe Berrios fue enfático frente a las constantes quejas manifestadas por feligreses de la ciudad de Osorno. El capellán dijo que “Juan Barros es el punto que genera el conflicto, lo ideal sería que renuncie ahora, por amor a la iglesia y a su misma vocación. Le hará un bien a todos”.
Esto luego que la comunidad católica exigiera la salida del obispo por encubrir los abusos sexuales del párroco Fernando Karadima.
Para el vocero de la Organización de los Laicos de Osorno, Juan Carlos Claret, las declaraciones del capellán jesuita no hacen más que evidenciar la división que existe dentro de la propia diócesis de la provincia y que el obispo Juan Barros, junto a la jerarquía de la iglesia, han querido ocultar todo el tiempo.
“La defensa que hace el obispo es que en Osorno no hay ningún problema. Felipe Berrios llegó el lunes, y ese mismo día, cuando se reunió con los sacerdotes, pudo evidenciar la notoria división que existe. El problema que hoy existe en la provincia es grabe para la iglesia, porque finalmente en vez de anunciar el evangelio, lo que se hace es anunciar división y las miserias provocadas”, argumentó.
El vocero de la Organización laica agregó que incluso el obispo de la ciudad ha amparado a quienes violentamente han contrarrestado las manifestaciones de protesta que piden su salida.
Debido a las diferencias con Juan Barros, tres sacerdotes han dejado la Diócesis, pidiendo su traslado a otras localidades del sur del país.
“En el fondo no hay pastor en la diócesis de Osorno, es muy malo no tener directrices pastorales. Existe una ausencia, porque el pastor tiene miedo de encontrarse con la gente y dialogar, lo cual provoca un daño tremendo”, recalcó Felipe Berríos.
“Este tema no sólo es un problema para la comunidad, sino que para toda la iglesia chilena es una espina, una piedra en el zapato”, insistió.
Las declaraciones del capellán fueron apoyadas por el diputado Demócrata Cristiano, Sergio Ojeda. El parlamentario representante de la zona, calificó como lamentable y triste esta situación, que según dice, provoca división y conflicto entre los fieles de la Iglesia Católica.
“Aquí en la ciudad representa una muy triste realidad para el catolicismo. He percibido un clima de distanciamiento entre muchas personas, existe una división entre los que apoyan y los que no, refleja lo lastimoso que ocurre acá, porque no tenemos un jefe eclesiástico en pos de los desvalidos, de los necesitados, la verdad es que no cumple, no lo vemos, no está”, detalló.
Frente a la consulta de si el papa Francisco debiese referirse durante su visita a la región de La Araucanía a sus dichos sobre la comunidad osornina a quien trató de “tonta y zurda”, Berríos contestó: “Yo le tengo mucho cariño al Papa, es mi jefe, pero me dolieron sus dichos y la forma de expresarlo, creo que fue un error”.
Cabe recordar que el papa Francisco hizo una férrea defensa al obispo Juan Barros asegurando que había motivaciones políticas detrás de las acusaciones contra el religioso.
El diputado por la zona, Sergio Ojeda, criticó igualmente las declaraciones del máximo representante de la Iglesia Católica, quien a su juicio trató injustamente a la comunidad osornina