Es un hecho. El Servicio Electoral debe sí o sí regular de una vez por todas las anomalías que enfrenta cuando existe un período de refichaje de partidos políticos, de recolección de firmas para una candidatura parlamentaria o presidencial y al momento de votar. Si queremos que Chile pase de la barrera de un país desarrollado, debemos tener institucionalidades serías y capaces para enfrentar cualquier adversidad que tengamos.

La problemática que está viviendo actualmente el Servel no es nueva, cabe recordar lo sucedido en noviembre de 2013, donde aparecieron firmas falsas en los patrocinios de Franco Parisi y Tomás Jocelyn-Holt en la carrera presidencial de ambos.

Es por estos motivos que las autoridades del Servel deben tomar medidas serias y concretas para solucionar este tipo de problemáticas. Una de las soluciones para enfrentar este panorama es inyectar mayor caudal económico para así aumentar la cantidad de funcionarios para efectuar una labor fiscalizadora y, además, realizar una capacitación técnica de carácter preventiva y correctiva. Por último, se debe modificar la normativa vigente que genera enormes dudas, incertidumbres y asimismo inseguridad jurídica para todos las partes, ya que nadie sabe qué tienen que hacer al interior del Servel.

Y paralelamente a lo anterior, el Servel tiene que hacer todos los esfuerzos posibles para así verificar que efectivamente se haya cumplido con lo que dice la Ley y que las personas que adhirieron a algún partido o candidato lo hayan hecho bajo  conocimiento y con su voluntad para ingresar a un conglomerado. Y frente al caso “hipotético” de que efectivamente pueda haber existido una suplantación o algún tipo de engaño para que la persona firmara, lo que corresponde tanto para los partidos involucrados como para el propio Servel es que hagan las respectivas denuncias en la Fiscalía y sea ésta que determine si hubo o no eventualmente el hecho de un delito para poder inscribir a personas al partido.