Las golfistas profesionales de Estados Unidos le han declarado la guerra a la LPGA (Ladies Professional Golf Association), el organismo que regula los torneos de élite en el país americano. La razón de su malestar es el nuevo código de vestimenta que pretende imponer a partir de este lunes en todos sus torneos.
El organismo envió un correo avisando sus nuevas reglas sobre vestuario, que, se supone, tienen validez a partir de este lunes. Entre ellas, la prohibición de los escotes pronunciados o los leggins, “salvo que se lleven debajo de un pantalón corto o falda”.
Sobre las faldas, la LPGA indica que estas deberán ser “lo suficientemente largas como para que no se vea la zona del trasero en ningún momento”. Y también prohíbe los pantalones “con agujeros o cortes”.
Dice la asociación americana de golfistas profesionales que su objetivo es “que las jugadoras se presenten de manera profesional para reflejar una imagen positiva para el deporte”.
Incumplir el nuevo reglamento de vestimenta puede ser sancionado con una multa de 1.000 dólares, cantidad que se incrementaría en caso de reincidir.
¿Qué se busca con esta polémica medida?
La justificación que ha dado Heather Daly-Donofrio, directora de comunicación del LPGA, es curiosa. Afirma que lo que se pretende con este código de vestimenta es que las jugadoras se presenten de una manera profesional para reflejar una imagen positiva del golf.
Históricamente, el golf es un deporte en el que la participación de la mujer es cuestionada. El Masters de Augusta fue uno de los primeros torneos en abrir sus puertas a dos socias, hace apenas cinco años atrás.
Actualmente, el porcentaje de golfistas mujeres continúa por debajo del 15 por ciento, y la petición de las competidoras para participar en un Masters de Augusta femenino se vio ignorada.
La jugadora profesional estadounidense de origen alemán Sandra Gal no estaba de acuerdo con la prohibición de los tops o faldas de una cierta longitud, aunque comprendía la necesidad de prohibir las camisas de corte bajo.
“El único punto con el que estoy de acuerdo es que no debe haber bajas (las faldas), pero nunca he visto que sea un problema”, señaló Gal.
Gal añadió que “creo que los ´racerbacks´ (remera con escote) se ven muy bien en las mujeres y creo que las faldas cortas han existido siempre, especialmente en el tenis, y no creo que lastimen ese deporte”.
Según Gal, lo que es claro es jugar buen golf. Pero parte de ser una mujer, y especialmente una atleta, se ve atractiva y deportiva y en forma, y eso es lo que el tenis de las mujeres hace tan bien. ¿Por qué no deberíamos?, se preguntó.
Por su parte, la jugadora Christina Kim se mostró de acuerdo con las reglas: “Puedo sonar como una mujer mayor, pero este es nuestro lugar de negocios y creo que los jugadores deben verse profesionales”.
Fuentes en la LPGA dijeron que esas enmiendas de política en la vestimenta fueron presentadas por las jugadoras y han sido el tema de discusión desde hace algún tiempo.