Señor Director:

En estos tiempos hemos escuchado a diversas autoridades civiles, uniformadas, e incluso un candidato a la presidencia, responder ante actuaciones polémicas que han realizado, responder con frases de este tenor: “cumplí rigurosamente con la Ley”, “es lo que dice la Ley”.

También hemos visto como, ante aprobaciones parlamentarias, la derecha recurre al Tribunal Constitucional, para por esa vía, impedir que se exprese la voluntad popular.

Parece ser que “el problema” son las leyes y la Constitución, hechas a la medida de los grupos de poder de todo tipo, y muchas de ellas impuestas en dictadura.

Definitivamente creo que lo más urgente hoy en día es recuperar la visibilidad de la palabra ética, para luego ir incorporándola, con estándares crecientes, en nuestra cultura y hábitos.

Al votar, deberíamos, preocuparnos especialmente de hacerlo por candidatos sin antecedentes conocidos de faltas a la ética, al menos la pública.

De otro modo, veo difícil que podamos tener una constitución y un cuerpo legal, que pasen la prueba de la blancura democrática y ética.