Tres maletas. Ese fue el inicio del Archivo Víctor Jara, colección que empezó a conformarse en 1973 luego del asesinato del músico. El equipaje fue ordenado por Joan Turner, viuda del cantautor, quien luego de enterarse de la muerte de Víctor, comenzó a organizar su exilio y el de sus hijas.
En las valijas se depositaron cartas, fotografías, discos y vestimenta del artista. Pero eso no fue todo. Una vez en el extranjero estos equipajes se volvieron cada vez más pesados, ya que distintos países como Cuba, Italia, Rusia y España comenzaron a donar objetos que habían tenido relación con Víctor Jara.
“Esta colección es bien amplia. Tiene diversas materialidades: hay ropa, cartas, manuscritos, está la discografía, su guitarra. También hay una gran colección audiovisual en distintos formatos. Por otro lado, están los archivos sonoros. Efectivamente, están todos los materiales que Joan pudo llevarse, pero también los objetos que se han podido reunir en todos estos años”, comenta Judith Silva, encargada de documentación del Archivo Víctor Jara.
Según se estima, la colección comprende cerca de diez mil piezas. Esto, ya que en los últimos años y hasta ahora se han ido agregando registros a la colección. En este sentido, todo el acervo se divide en las categorías Pre73 (1932-1973), Post 73 (1973-1993) y Fundación (desde 1993 en adelante).
De acuerdo a Cristián Galaz, director ejecutivo de la Fundación, en el acervo “hay una serie de elementos museológicos que son bien interesantes”.
“Aquí está todo un registro que no es sólo sobre Víctor, sino sobre lo que estaba relacionado a Víctor en el ámbito político y cultural”, añade.
Un archivo inaccesible
Sin embargo, hoy el acceso al archivo se encuentra suspendido. ¿El motivo? La inexistencia de un lugar donde depositar adecuadamente el legado del artista.
“Cuando el Galpón Víctor Jara fue cerrado, también se clausuraron las oficinas donde estaban los documentos. Entonces, tuvimos que trasladarlos a distintas partes: al Archivo Patrimonial de la Universidad de Santiago, la casa de Joan y la casa de Amanda. La lucha durante estos años ha sido, entonces, conseguir un lugar para el archivo”, explica Galaz.
Este cierre ha implicado que diversas peticiones para investigar la documentación del autor sean declinadas: “Todos los días recibimos solicitudes de todas partes del mundo, porque Víctor Jara es una figura internacional que despierta interés en todas partes, pero ahora no estamos en condiciones de que la gente venga libremente a consultar. No hay un centro de documentación”, señala Judith Silva.
Una campaña para Víctor
A fines de este año la Fundación Víctor Jara concluirá una campaña que pretende reunir los montos para dar con un espacio que acoja las piezas de la colección.
Según afirma el director ejecutivo de la institución, los aportes pueden ir desde, incluso, mil pesos.”Aún no tenemos visto este lugar que acogerá al archivo, pero pensamos que pronto, vamos a tener buenas noticias”, concluye.
Más información sobre la campaña en Fundación Víctor Jara.