El Mundial de Londres-2017 pasará a la historia como el que marcó una despedida triste de Usain Bolt. El atleta jamaicano se fue con un bronce en los 100 metros y una lesión en el relevo 4×100, que acabó con su longilínea figura en el tartán.
Un adiós lacrimógeno para el mejor atleta de todos los tiempos, pero el ocaso de los dioses fue general en un Mundial, que pasará a la historia por el récord de asistencia, con más de 700.000 espectadores, casi doblando a la marca que había fijado Berlín-2009, con 417.000.
Bolt se tuvo que conformar con el bronce en 100 metros, una prueba en la que no había perdido nunca sobre la pista en grandes eventos entre Mundiales y Juegos Olímpicos entre 2009 y 2016.
Su tirón en el isquiotibial del muslo izquierdo, en la final de 4×100 metros, puso un tono más dramático a su triste despedida.
Bolt se despidió en el suelo, boca abajo, sin medalla, lesionado y sin poder acabar la carrera.
Por su parte, Mo Farah, que buscaba su quinto doblete consecutivo en grandes eventos, no pudo lograrlo en esta ocasión, ganando solo el 10.000 metros y teniendo que conformarse con la plata en 5.000, superado por el etíope Muktar Edris.
El atleta británico de origen somalí de 34 años se despidió de la pista en un gran evento, cuando la próxima temporada empezará a dedicarse al maratón.
Otra de las estrellas que estaba llamada a lucirse, el sudafricano Wayde Van Niekerk, también se quedó a medias, ganando la prueba de 400 metros, donde posee el récord del mundo desde los Juegos de Rio-2016 (43.03), pero sin lograr completar el doblete de 200 metros, donde solo fue plata, detrás del turco Ramil Guliyev.
Buscaba emular a Michael Johnson, al que arrebató el récord de 400 metros, tras 17 años en poder del norteamericano, pero no le pudo igualar en ser el segundo atleta en lograr el doblete de 200/400 metros, que el estadounidense había logrado en el Mundial de Gotemburgo-1995 y en los Juegos de Atlanta-96.
La marcha salva a América Latina
Cuba, la tradicional potencia sobre la que se apoya el atletismo latinoamericano, tuvo el peor balance de su historia, pero la región se salvó en el Mundial de Londres gracias a la marcha y a los buenos resultados de Colombia y Venezuela.
El último día de Londres-2017, este domingo, cambió el balance para Latinoamérica en esta edición, al añadir tres metales de golpe a la cuenta.
El total de esta edición fue de siete medallas. Se superó por lo tanto el balance de cinco metales del Mundial de Pekín y de otros cinco en los Juegos de Rio. El récord en Mundiales seguirá estando en la edición de Sevilla-1999, la mejor en número de medallas para la representación latinoamericana, cuando se llegó a diez.
Con cuatro medallas en los nueve primeros días de competición, este domingo se consiguieron tres, todas ellas en la marcha.
Fue el día que lo salvó todo, que sacó a Latinoamérica de una segunda fila para brindarle un lugar más relevante de lo que parecía, por lo visto, hasta ahora.
La marcha dio muchas alegrías y permitió cambiar la valoración del Mundial a tres países, Colombia, México y Brasil. Los colombianos habían vivido hasta entonces el Mundial con el sinsabor de la plata amarga de Caterine Ibargüen en el triple salto, perdiendo la corona de la prueba tras encadenar los oros en los Mundiales de 2013 y 2015 con el título olímpico de 2016.
Y entonces apareció casi de la nada Éider Arévalo, que no entraba entre los favoritos en los 20 kilómetros marcha pero que a sus 24 años dio una lección de sangre fría, para imponerse frente al Palacio de Buckingham. “Hoy me convertí en el rey de Inglaterra”, sentenció Arévalo tras su oro. En la mañana dominical en la marcha también consiguieron sus primeras y únicas medallas, que al menos sirvieron para salvar el honor, México y Brasil, dos de los países que más medallas han suministrado al atletismo latinoamericano en la historia.
Lupita González fue subcampeona en los 20 kilómetros femeninos, a un segundo del oro. Fue su primera medalla en un Mundial, un año después de su plata de Rio-2016, aunque ella se quedó algo frustrada por no conseguir el título. Brasil, que llegaba con perfil bajo tras la retirada de su garrochista Fabiana Murer y la baja por lesión de su estrella y campeón olímpico Thiago Braz, también en el salto con garrocha, pudo subir al podio con un tercer puesto de bronce gracias al marchador Caio Bonfim, también en los 20 kilómetros. “Es una victoria histórica para mí y para el deporte brasileño. Es nuestra primera medalla en este Mundial y la primera de nuestra historia en marcha”, subrayó Caio Bonfim.
El peor Mundial de Cuba
En la última sesión en el estadio, también este domingo, Cuba sufrió las decepciones de Denia Caballero y Yaimé Pérez, dos de las favoritas del lanzamiento de disco, que acabaron quinta y cuarta, respectivamente. La isla caribeña solo sumó por lo tanto un bronce, el de Yarisley Silva en el salto con garrocha, cerrando su peor balance en un Mundial absoluto al aire libre.
Además de Colombia, el único país latinoamericano con más de un metal en Londres-2017 fue Venezuela, que en su caso tiene un valor especial porque fueron las primeras medallas de su historia en un Mundial de atletismo.
Yulimar Rojas deslumbró en el triple salto a sus 21 años, con un 4,91 metros con el que superó en dos centímetros a la reina Caterine Ibargüen, que le había derrotado en la final olímpica de hace un año. Pero esta vez se dio el relevo. “Yo soy una chica que no se detiene”, afirmó Rojas, entrenada por el mítico exatleta cubano Iván Pedroso.
La fuerza renovadora con la que ha surgido Venezuela se acompaña con otra joven, Robeilys Peinado, de 19 años, que fue bronce en el salto con garrocha casi por sorpresa. En el resto hubo alegrías puntuales, pero sin traducirse en medallas.
Argentina sólo consiguió una finalista, Belén Casetta, que batió dos veces el récord sudamericano, mientras que Emiliano Lasa llegó a la final de salto largo y, con un noveno lugar, consiguió la mejor actuación histórica de Uruguay en el evento. Juander Santos, por su parte, hizo soñar a la República Dominicana llegando por sorpresa a la final de 400 metros vallas, la mítica prueba de su héroe nacional Félix Sánchez, pero fue allí sexto.
La región tiene motivos para un moderado optimismo después de Londres-2017, pero el margen de mejora todavía parece amplio.