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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Presentan estudio sobre “dimensión subjetiva de la criminalidad”

Los resultados de la investigación presentados este jueves plantea que las políticas públicas sobre seguridad ciudadana no sólo deben enfocarse en las consecuencias subjetivas del delito, sino también en las sociales, económicas y de salud, entre otras. Además, recomienda perfeccionar las encuestas sobre percepción de inseguridad para evitar sobre dimensionar el temor a la delincuencia.

Gonzalo Castillo

  Viernes 15 de septiembre 2017 15:56 hrs. 
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El Centro de Investigaciones Criminológicas de la Universidad Central presentó un estudio sobre la dimensión subjetiva de la criminalidad o lo que se entiende como percepción de inseguridad de la ciudadanía frente al delito, en conjunto con la Subsecretaría de Prevención del Delito.

El estudio se cimenta en relación a las preguntas sobre qué es la inseguridad o el miedo al delito y muy especialmente, cómo explicar el hecho de que la percepción de inseguridad en Chile se haya mantenido prácticamente constante mientras las tasas de victimización durante la última década fueron a la baja.

De acuerdo a la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) entre 2003 y 2014 la proporción de hogares que han sido víctimas de algún delito bajó desde un 43 a un 25 por ciento. Sin embargo, en el mismo período la proporción de personas que percibe que la delincuencia en el país aumentó se mantuvo prácticamente constante, mientras que la proporción de quienes creen que pueden ser víctimas de un delito disminuyó sólo cuatro puntos porcentuales, de 47,8 por ciento a 43,8 por ciento.

Este trabajo plantea la necesidad de optimizar la forma en que se ha medido el temor al delito por parte de la ENUSC que aplica el Ministerio del Interior a nivel país y que determina que se presente la paradoja que,  con menores probabilidades de victimización son las que reportan mayores niveles de temor.

Los resultados de la investigación,  se obtuvieron luego de la realización de 57 entrevistas en el norte, centro y sur del país, y del análisis de la ENUSC a través de la aplicación de técnicas de estadística avanzada.

La profesora Paula Medina, magíster en criminología e integrante del equipo que llevó a cabo este estudio, señaló que el concepto de inseguridad es “polimórfico”, ya que si bien una primera asociación que realiza la gente es con la delincuencia, luego también puede tener diferentes lecturas.

“El concepto de inseguridad ofrece una serie de dificultades en términos de poder dilucidar hasta qué punto las personas, efectivamente, están aludiendo a lo delictivo propiamente tal, o en ese concepto están subsumidas, por así decirlo, las otras inseguridades que sienten las personas”.

La investigadora del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana (CESC) del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Alejandra Mohor, señaló, en primer término, que el desarrollo de políticas públicas y estudios sobre el tema, son muy recientes, en comparación con otras áreas del quehacer nacional.

La socióloga hizo énfasis en que lo principal de los estudios sobre seguridad ciudadana, y de percepción de inseguridad en particular, es que dichos instrumentos sirvan para determinar las razones sobre las que se funda el temor a ser víctima de un delito.

“Lo que nos toca hacer, y para lo que necesitamos utilizar estos y otros instrumentos, es explicar o intentar explicar cuáles son los elementos que determinan que las personas se sientan inseguras frente al delito, porque ya sabemos que la victimización sola no te sirve, hay otros elementos, por ejemplo: elementos de tipo demográfico, las mujeres tienden a tener una mayor percepción de inseguridad, mientras que las personas a mayor edad también hay una tendencia a una mayor percepción de inseguridad”.

Alejandra Mohor sostuvo que otros elementos que inciden en la percepción de inseguridad tiene que ver con la capacidad del Estado de poder proveer y asegurar los derechos sociales de las personas, desde la capacidad de respuesta de las policías frente a un delito hasta el acceso a la salud que disponga una víctima de un crimen.

El estudio concluye que es necesario perfeccionar la ENUSC, no solo para aumentar sus niveles de validez y confiabilidad respecto a la medición de la dimensión subjetiva, sino para enfocarse en medir aquello que realmente pueda ser de utilidad en materia de política pública.

Además, el estudio sugiere que esta medición entre otros aspectos, no solo abocarse a las consecuencias subjetivas o psicológicas del delito, sino también a las consecuencias sociales, económicas, médicas, etc., de las personas que han sido victimizadas, tal como lo manifestó también Alejandra Mohor.

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