Hace más de cinco décadas se creó la jornada nocturna del Liceo José Victorino Lastarria. El establecimiento emplazado en plena avenida Providencia es la única posibilidad pública y gratuita que ofrece la comuna para que adultos puedan continuar con su educación, pese a ello, hoy enfrentan su peor momento: la municipalidad les informó un posible cierre del programa.
Son más de 150 los estudiantes que ven amenazada la continuidad de sus estudios. Distribuidos entre primero y cuarto medio, los hombres y mujeres que a diario toman sus cuadernos y libros para poder egresar del colegio ven con incertidumbre su futuro, pese a que sus profesores han prometido luchar para impedir la clausura del vespertino.
Son más de cuarenta años los que unen a algunos docentes con la enseñanza nocturna, por eso, tratan de entregar los argumentos para evitar su definitivo cierre. Antes, años atrás, tanto Providencia como Ñuñoa contaban con programas municipales destinados a los adultos que –por diversos motivos- no habían podido completar sus estudios en el ciclo regular, sin embargo, uno por uno estos proyectos fueron cerrando, mientras el Lastarria se mantenía estoico al cambio del tiempo. Hoy las cosas también podrían cambiar para ellos.
Lista de espera sin campaña de captación
La comunidad educativa del Liceo quedó desconcertada luego que la corporación Municipal de Providencia anunciara a través de una carta que no se abrirá la matrícula de la nocturna para el 2018, justificando que no había demanda.
Los profesores de la tercera jornada del colegio no comparten esa apreciación. Pamela Correa, miembro del cuerpo docente del ciclo vespertino del Lastarria explica que en 2011 –por orden de las autoridades comunales- debieron reducir la matrícula, lo que permitiría entender el descenso en el número de estudiantes inscritos.
La profesional descartó la hipótesis de falta de interés por el proyecto: Comparar entre 2007 y 2017 no sería correcto. Los profesores piden al municipio considerar como factor de reducción de matrícula la decisión de 2011; además se defienden diciendo que con los cupos hoy disponibles tienen lista de espera, lo que confirma que es mayor la demanda a la oferta.
Tal es el éxito del proyecto que, sin existir ningún tipo de publicidad sobre el vespertino, el aforo es completo: en el primer ciclo de enseñanza media hay 50 estudiantes, el cupo máximo permitido en 2011 por la corporación municipal. A ellos habría que sumarle todos los interesados que esperan que alguno de ellos deserte, para poder incorporarse a las aulas del emblemático liceo.
Emblemáticos y de excelencia en el día y en la noche
El Liceo José Victorino Lastarria se caracteriza por ser uno de los establecimientos destacados en el rendimiento en la Prueba de Selección Universitaria, el caso de la nocturna no es la excepción: en el proceso de admisión universitario 2017 el promedio obtenido por los estudiantes superó en 100 puntos la media obtenida en la región. Los resultados de los alumnos en las pruebas de Matemática, Lenguaje y Comunicación y las pruebas específicas fueron en todos los casos superiores a 500 puntos.
Cristian Gajardo, investigador del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE) advierte que “el cierre de esta jornada, por las características de sus estudiantes, es doblemente dañina, en el entendido que los alumnos que asisten a la tercera jornada, desde la evidencia que hemos recabando, son estudiantes con trayectorias educativas muy complejas, por lo que se torna de vital importancia para ellos el poder asistir a esta modalidad de jóvenes y adultos, ya sea en esta modalidad de tercera jornada o en la de centros integrados de jóvenes y adultos”.
El experto explicó que no existen antecedentes de que las municipalidad estén en proceso de cierre de este tipo de oferta educativa, “más bien y por el contrario, lo que están haciendo y potenciando desde el Ministerio de Educación es el incremento en nuevas metodologías para la educación de jóvenes y adultos”.
Los datos son claves en esta decisión del Mineduc, según la encuesta Casen de 2013, en Chile existen más de 5 millones de personas entre jóvenes y adultos no han completado los 12 años de escolaridad. Por lo tanto, desde el PIIE aseguran que la medida que está tomando Providencia atenta contra lo que se está haciendo en política pública y contraviene lo que hacen otros municipios.
Medio siglo de historia
El profesor Juan Sánchez comenzó trabajando hace 43 años en el Liceo Fiscal N°8, mismo que luego se trasformó en parte del Liceo José Victorino Lastarria. En 1974, mientras el educador cursaba tercer año de la universidad, empezó su trayectoria en la jornada nocturna.
Juan se levanta todos los días a las seis de la mañana para llegar a las a las ocho a la sala de clases con sus estudiantes del Internado Nacional Barros Arana (INBA), otro de los liceos emblemáticos del país. A las cuatro de la tarde termina su primera jornada y raudo avanza por la ciudad para llegar a las 7 de la tarde y comenzar sus clases de ciencia en la nocturna del Liceo Lastarria.
El maestro cuenta que en los años 70 y hasta 1981, la tercera jornada llegó a tener 28 cursos, es decir, siete cursos por nivel, característica que cambió en Dictadura cuando se creó el Decreto N°12 que instauró los “dos en uno”, juntando los cuatro cursos de enseñanza media en dos niveles.
Según explica Juan Sánchez “lo que buscaba el cambio era llevar la educación para adultos y jóvenes en un camino hacia la formación técnico profesional”, lo que tiene directa relación con la instauración de una educación de mercado, donde se le quitó potestad al Ministerio de Educación traspasando diseño, fondos y poder de decisión a los municipios, en la llamada municipalización.
El plan que hoy trata de ser revertido con la idea de volver a fortalecer la educación pública nacional, no fue suficiente para acabar con la vida del vespertino del Lastarria. Desde 1981 hasta ahora han continuado ininterrumpidamente la labor pedagógica, permitiendo a miles de personas concluir sus estudios.
Por eso, el profesor que ha avanzado junto con la historia del colegio, atribuye la decisión anunciada por la municipalidad de Providencia a la falta de información por parte de la autoridad: “Cuando se dice que la educación debe ser un derecho está en lo correcto, porque como Gabriel González Videla decía -el educar es la base del crecimiento de una nación-. Y, lo que ocurre ahora con nuestra jornada, tiene relación con que todo se pone en un contexto de oferta y demanda sin considerar lo que ocurrirá con todos los jóvenes y adultos que quedarán a la deriva, sin una opción pública de educación”.
Un modelo centrado en el respeto del otro
Las historias de los hombres y mujeres que han completado sus estudios en las aulas de Miguel Claro 32 son diversas, muchas de ellas complejas, pero todas marcadas por una decisión que los incentivó a volver a estudiar.
El grupo de profesionales docentes que forman parte de la tercera jornada del Lastarria, entiende perfectamente las diferencias que se dan en la vida de estudiantes de la “jornada normal” y los jóvenes y adultos que asisten a una noctura, por eso ponen el foco en la afectividad, en el respeto por el otro y en la comprensión mutua que se debe lograr para obtener la mejor experiencia posible.
Diego Salvadis es estudiante de la nocturna, tiene 18 años y se cambió a la tercera jornada para poder asistir al preuniversitario y preparar la PSU. Según dice el joven, la nocturna le ha permitido conocer las más diversas realidades, personas de todas las clases sociales y de diferentes partes del mundo.
Así hace una defensa sostenida del proyecto y critica la decisión municipal: “Me llama mucho la atención que en Chile se intente cerrar un espacio como este, porque lo que aporta para nosotros es fundamental para la vida”.
Luis Contreras, orientador de la jornada vespertina, defiende el profesionalismo y espíritu público que es transversal a los profesores y estudiantes anotados en el programa: “Al ser parte del Liceo, los docentes asumen este ímpetu y trayectoria de colegio público, donde además del contenido y los saberes oficiales del currículum, dan una impronta en la forma de vivir, en la forma de hacer. Los chicos valoran el trabajo más serio, más sistemático, que no se obtiene en estos institutos chicos donde -en realidad- ellos comentan que es para la risa, que a veces, aunque uno no va, igual aprueba. Aquí se intenta cumplir con los planes y programas, entonces hay una potente expectativa, muchos chicos mejoran sus promedios”.
Por eso pide al municipio reconsiderar su decisión. “La tercera jornada es un ejemplo que la corporación puede dar sobre la preocupación de los sectores vulnerables. Acá hay chicos que tienen malos antecedentes académicos o jóvenes que trabajan; mujeres que se desempeñan en situaciones particulares; incluso vecinos que no han tenido la posibilidad de terminar su instrucción escolar. Una tercera jornada es una decisión política en pos del bien social, para los más necesitados, al cerrarse se debe asumir entonces el costo, aparecer como una municipalidad que se resta de ese deber social y de ese cuidado”.
El director de educación de la Municipalidad de Providencia prefirió no referirse al tema. Al preguntar por la potestad de la municipalidad para tomar estas decisiones, desde el Mineduc explicaron que tienen todos los recursos a su favor, sin embargo, como no tienen interés en acabar con las escuelas nocturnas, se posicionarán en contra de la Municipalidad para impedir el fin de los cincuenta años de la nocturna del Lastarria.