"Guetos verticales" y presión inmobiliaria: Los riesgos asociados a la línea 6 de Metro

Urbanistas y expertos en Transportes valoraron la próxima puesta en marcha de la Línea 6 del Metro de Santiago, pero expresaron sus inquietudes respecto a los riesgos e impactos negativos que pudiera acarrear la ampliación del tren subterrráneo.

Urbanistas y expertos en Transportes valoraron la próxima puesta en marcha de la Línea 6 del Metro de Santiago, pero expresaron sus inquietudes respecto a los riesgos e impactos negativos que pudiera acarrear la ampliación del tren subterrráneo.

En los primeros días de octubre, de acuerdo a información entregada por Metro, debería ser inaugurada la nueva Línea 6 del ferrocarril subterráneo, con la cual se agregan quince kilómetros al trazado del Metro de Santiago y diez nuevas estaciones que unirán la comuna de Cerrillos con la de Providencia.

Si bien los impactos positivos de la construcción son numerosos, desde ya expertos en transportes y también en urbanismo, plantean sus inquietudes respecto de “las zonas grises” que pudiera generar en comunas como la misma Cerrillos o Pedro Aguirre Cerda la implementación del tren urbano.

El magíster en Transportes de la Universidad de Chile Andrés Fielbaum valoró la apertura de esta nueva línea de metro como toda medida que apunte a fortalecer el transporte público, y así desincentivar el uso del automóvil que es el medio de transporte que produce mayor congestión y contaminación.

No obstante, el ex presidente de la FECh planteó la necesidad de que así como se expresa voluntad política para robustecer el sistema de metro, los gobiernos también deberían mostrar el mismo entusiasmo para fortalecer el Transantiago, así como reducir la tarifa del transporte público.

“Uno esperaría el mismo o mayor niveles de determinación para fortalecer el transporte público de superficie, el sistema de buses, porque es el que sigue moviendo mayor cantidad de personas en Santiago, y que no ha tenido la prioridad de parte de ninguno de los gobiernos, y eso tiene como una de sus líneas fundamentales el trabajar para reducir la tarifa del transporte público en Santiago”.

Otra de las áreas en las que se proyecta que se generará un impacto relevante luego de la implementación de la nueva línea 6 del Metro, es en el desarrollo inmobiliario, considerando el evidente incremento de la plusvalía de los terrenos aledaños a las nuevas estaciones. Por ejemplo, se estima que en Cerrillos el valor de los terrenos han aumentado en un 20 por ciento.

Además, desde la Cámara Chilena de la Construcción han anunciado que bregarán para que las comunas por las que pasará el ferrocarril subterráneo modifiquen sus Planos Reguladores para incrementar la densificación habitacional en ellas.

El urbanista Volker Gutiérrez hizo énfasis en el riesgo que implica que las inmobiliarias y constructoras emplacen los llamados “guetos verticales” en los alrededores de las estaciones de metro, generando impactos negativos tanto a nivel urbano como humano, tal como sucedió en la comuna de Estación Central.

“La conexión vía trenes suburbanos es una buena solución para el crecimiento horizontal de las ciudades extendido, y que acercan a la gente, pero que se corren riesgos que uno espera que no sean más que aprensiones frente a situaciones que han pasado como en Estación Central, pero que espera que no vayan a ocurrir”.

También en un tema relacionado con la generación de plusvalía en los terrenos aledaños a las líneas del Metro, el presidente de la fundación Defendamos la Ciudad, Patricio Herman, reiteró la necesidad que el Estado se dote una ley de captura de la plusvalía en beneficio fiscal.

Herman sostuvo que desde 1997 se está hablando de una ley en este sentido, por ejemplo cuando se cambian denominaciones de suelos desde agrícola a urbano, o cuando el Estado realiza una inversión con fondos públicos en ciudades, como es el caso del Metro, y con este tipo de acciones se generan ganancias sólo para privados.

“El Gobierno debió haber tenido aprobada una ley de captura de plusvalía en los términos concebidos en un proyecto que se mandó el año 1997 que recogía los planteamientos del Lincoln Institute, que era un proyecto bastante razonable, pero como era razonable los grupos empresariales de la construcción montaron en cólera, poco menos que le llamaron la atención al gobierno y parlamentarios de la época, y quedó en nada”.

Finalmente, los consultados coincidieron en que es necesario además implementar una política de recuperación de los barrios entre los que pasará la línea 6 del Metro, a través de mayores inversiones en mejoramiento de las calles, avenidas, plazas y parques, para así garantizar el desarrollo integral en dichas comunas.





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