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El autor de la matanza de Las Vegas, un ‘tipo normal’

El hombre que perpetró la masacre era un apacible jubilado millonario que vivía cerca del lugar de la tragedia. Stephen Paddock no presentaba ni una pasión por las armas ni enfermedades mentales; sólo el pasado de ladrón de bancos de su padre lo vinculaba con el mundo del crimen.

Diario Uchile

  Miércoles 4 de octubre 2017 7:06 hrs. 
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Stephen Craig Paddock, el estadounidense que mató a decenas de personas en Las Vegas, era un adinerado jubilado de 64 años que vivía junto a un apacible campo de golf cerca de la capital del juego, adonde le gustaba ir a apostar.

Su padre estuvo en la lista de los más buscados por robo a bancos en los años 1960. Pero él no tenía antecedentes penales, ni historial de enfermedades mentales, ni especial pasión por las armas, aseguró su familia, aún en shock.

Pero la noche del domingo, según informaciones de la policía, se ubicó en una habitación del piso 32 del hotel casino Mandalay Bay, en pleno centro de Las Vegas, y disparó ráfagas contra una multitud que asistía a un espectáculo de música country.

Al menos 59 murieron y más de 500 resultaron heridos en lo que se considera el tiroteo más mortífero en la historia de Estados Unidos.

Paddock, que según las fotografías divulgadas tenía bigote y barba canosa recortada, fue hallado muerto, posiblemente luego de suicidarse.

El hombre de 64 años que regularmente enviaba galletas a su anciana madre en Florida, según su hermano Eric Paddock, tenía una vida intrascendente en Mesquite, una pequeña ciudad de Nevada, a unos 130 kilómetros de Las Vegas, en una tranquila zona de retirados.

Las razones para el ataque se desconocen. El grupo yihadista Estado Islámico lo reivindicó pero las autoridades estadounidenses son escépticas.

La única certeza es que Stephen Paddock se preparó minuciosamente para generar la mayor cantidad de víctimas posibles.

Alquiló una suite de dos habitaciones en el piso 32 del hotel Mandalay Bay, para tener dos ángulos de tiro distintos.

En la habitación los agentes hallaron 16 armas de distintos calibres, la mayoría de ellas fusiles de asalto, aparentemente transportadas en más de 10 maletas. Algunos rifles estaban equipados con miras telescópicas y su vehículo contenía nitrato de amonio, que puede ser usado para fabricar explosivos. En su casa un verdadero arsenal, con otras 18 armas de fuego y explosivos, fue descubierto.

Hasta el momento, sus motivaciones para cometer semejante masacre son un misterio para la policía federal (FBI), y más aún para sus familiares, que no salen de su asombro.

“¿Dónde diablos recibió armas automáticas? No tenía antecedentes militares ni nada de eso”, dijo su hermano Eric a CBS News. “Era un tipo que vivía en una casa en Mesquite, que iba y jugaba en Las Vegas. Hacía cosas. Comía burritos”.

Paddock tenía dos viviendas en Nevada, en una residencia junto a un campo de golf en Mesquite y otra en Reno, otro centro del juego. No tenía afiliación política o religiosa, según su hermano. Tampoco era “un tipo ávido de (usar) una pistola”. “Era apenas un tipo normal. Algo se quebró en él, algo ocurrió”, afirmó.

“Es como si un asteroide hubiese hecho impacto sobre la familia”, dijo en otra entrevista al diario Las Vegas Review-Journal. “No tenemos idea de qué ocurrió”.

– “Ninguna conexión” terrorista –

El perfil de Stephen Paddock es muy distante de los reclutas tradicionales del grupo Estado Islámico, que afirma sin embargo que este jubilado estadounidense era “un soldado del EI”, que se había “convertido al Islam hace algunos meses”.

“El autor del ataque en Las Vegas es un soldado del Estado Islámico. Él realizó la operación en respuesta” a los llamados a atacar a los países involucrados en la lucha contra el Estado Islámico, dijo Amaq, la agencia de propaganda del EI, sin respaldar su afirmación.

Esa reivindicación deja escépticas a las autoridades estadounidenses. El FBI declaró no haber establecido “por el momento ninguna conexión con un grupo terrorista internacional”.

El sheriff de Las Vegas lo catalogó como un “lobo solitario” y un “psicópata”, rechazando también a evocar la pista yihadista.

Además de contador público, tenía una licencia de piloto y poseía permiso para cazar, válido para el estado de Alaska.

Su compañera sentimental, una mujer de origen asiático de 62 años, se encontraba fuera del país el lunes y cooperaba con las autoridades.

*Por RFI

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