En 2015 dos cosas se sabían: por un lado, que estaba lista la primera antología de Cuentos Chilenos de Terror, Misterio y Fantasía; por otro, que este sería solo el inicio de la recopilación editorial encabezada, en ese entonces, por los académicos Carolina Heiremans, Verónica Barros y Jesús Diamantino.
En ese momento y con 16 relatos seleccionados, los autores dieron a conocer el trabajo literario, el reflejo identitario de la literatura fantástica chilena en tres momentos esenciales: el criollismo, el vanguardismo y el neorrealismo. Sin embargo, faltaba más.
Acercarse a lo nuevo, a lo novel, era parte de la tarea pendiente. Así lo entendieron Diamantino y Heiremans, además de Jaime Millas, que “de cabeza” empezaron a trabajar en la segunda parte de este compendio que se presenta este domingo 12 de noviembre en la Feria del Libro de Santiago.
Con una lógica de formato similar a la primera entrega, este libro, además, presenta al lector un crucial quiebre en la historia: “Los autores más jóvenes, desde el ochenta en adelante, son escritores conscientes del género fantástico, a diferencia de lo que ocurría con los primeros exploradores quienes utilizaban referencias alegóricas o casuales a estas figuras”, explica Jesús Diamantino, director del Departamento de Expresión de la Universidad Adolfo Ibáñez y miembro del Grupo de Estudios sobre lo Fantástico de la Universidad Autónoma de Barcelona (GEF-UAB).
El académico acerca históricamente este movimiento de consciencia con la dictadura: “Es en la década del ochenta cuando los autores empiezan a escribir de terror, dando una respuesta a lo que se vivía en el país”, usando la construcción ficcional para recrear el mundo habitado, porque tal como lo señala Rosemary Jackson, “lo fantástico dibuja la senda de lo no dicho y de lo no visto de la cultura, y por ello se convierte en una forma de oposición social subversiva que se contrapone a la ideología del momento histórico en el que se manifiesta”.
Desde ahí en adelante hay mucho más, sobre todo, en lo que ocurre con la producción literaria de lo fantástico desde el 2000 en adelante: “Los escritores noveles empiezan a tomar en cuenta a la cultura de masas, la cultura pop, lo que pasa en el cine, por ejemplo, desde donde se toman ideas para poder escribir sobre el terror”, agrega Diamantino.
Ejemplos de esto se encuentran en los símbolos usados por los autores, así lo monstruoso, las casas embrujadas, la locura y el apocalipsis son parte de los lugares a los que se ven enfrentados los personajes que dan vida a esta nueva selección de historias fantásticas, de terror y misterio.
Rutas inciertas. Nuevos Cuentos Chilenos de Terror, Misterio y Fantasía, editado por Jesús Diamantino, Carolina Heiremans y Jaime Millas de editorial Cuarto Propio, será presentado este domingo 12 de noviembre a las 18.30 en el Foro del Autor de la Feria del Libro de Santiago.