El proyecto Sistema de Transmisión Adicional de Los Ríos que actualmente se encuentra en proceso de evaluación ambiental, tendrá una dura tarea ya que las comunidades de Futrono y la cuenca del Lago Ranco presentaron más de tres mil observaciones al Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental en que se encuentra el proyecto de carretera eléctrica que pretende llevar la energía de las centrales de paso Florin I,II y III, las que se encuentran aprobadas de forma fragmentada, pero que pertenecen al mismo megaproyecto que incluye este sistema de cableado.
La carretera eléctrica del Lago Ranco es parte de la política 2030 en que trabaja el gobierno para trasformar a nuestro país en un exportador de energía.
Estos megaproyectos han sido presentados de forma fragmentada para así tener mayor factibilidad de ser aprobados por el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental y pasar desapercibidos en las comunidades que habitan en los territorios, las que tienden a enfrentar cada proyecto por separado, generándose un desgaste de los movimientos comunitarios.
Catalina Rodríguez, vocera de la Organización por la Defensa de Futrono, explica que el daño que generaría la construcción de este megaproyecto es profundo, ya que además de afectar el territorio donde se pretenden emplazar cerca de 280 torres de alta tensión, afectarán la biodiversidad del lugar y los más de doce lof mapuche que habitan desde las altas cumbres del PuelMapu hasta el mar.
“Hay más de 50 proyectos hidroeléctricos en la cuenca que ya se sabe que se van a someter a estudio, estos están esperando que se apruebe el tendido eléctrico para invertir, puesto que a través de éste van a evacuar la energía producida por las tres centrales del Río Florín”, denuncia Catalina Rodríguez, mientras se refiere a la fragmentación del proyecto que hoy tiene aprobadas las centrales y lucha por terminar de aprobar su megaproyecto.
La comunidad en este proceso de consulta ciudadana se ha organizado de forma excepcional, lo que permitió que se llegara a este documento de más de tres mil observaciones que tendrá que responder la empresa Star Trasmisión SPA y que deberá considerar el Servicio de Evaluación Ambiental para determinar si dicha organización recibirá la calificación correspondiente para funcionar.
La dirigenta de la organización por defensa de Futrono denunció que durante todo el proceso de evaluación, el SEA ha tomado el rol de aliado de la empresa, ya que incluso en los procesos de consulta que se hicieron para la aprobación de los primeros proyectos hidroeléctricos de la zona se hacían asados entre la empresa el SEA y las juntas de vecinos que apoyaban los proyectos en lugares lejanos para que el periodo de consulta pasara desapercibido.
“Prescindimos del SEA para conseguir información y desde que entendimos la alianza público-privada que existe entre el organismo y la empresa hemos funcionado entregando nuestro tiempo y recursos con los que desarrollamos diferentes estrategias para informar constantemente a la comunidad”, explica la dirigenta Catalina Rodríguez.
La denuncia de las comunidades respecto a la fragmentación del proyecto, radica en que estaría unido a tres centrales de paso que buscan canalizar su energía través de este cableado.
Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, explica que la fragmentación es una estrategia conocida hace mucho tiempo. “Las empresas fraccionan los proyectos para que no se visualicen los impactos reales que tienen sus inversiones y de esa manera acomodar en alguna medida el proyecto a ciertas exigencia de la autoridad ambiental. En el fondo es engañar al sistema, esto se supone que fue subsanado en la reforma a la Ley Ambiental del año 2010, pero quienes aplican esa institucionalidad operan bajo ciertos condicionamiento políticos y económicos, y hoy esa cláusula que se incorporó en la ley no está siendo cabalmente respetada”.
A esto el experto agregó que el problema de fragmentar los proyectos de estas características genera una imposibilidad de medir los impactos de forma integral que es lo que exige la Ley. Incluso la Corte Suprema ha revocado permisos por comprobarse que un gran proyecto está fragmentado para conseguir su resolución de calificación ambiental.
En este sentido, Cuenca plantea que el hecho de que “la comunidad presente cerca de tres mil quinientas observaciones a un proyecto es un llamado de atención a la institucionalidad con el que le dicen que están en desacuerdo con esta decisión y por lo mismo avanzarán hasta las últimas consecuencias para que esto no se apruebe”.
El próximo proceso será la consulta indígena para ver la factibilidad del proyecto Sistema de Transmisión Adicional de Los Ríos, la cual se proyecta tan organizada como la que se acaba de entregar por parte de la comunidad. Los más de 12 lof de la zona impugnarán la construcción de las torres en sus territorios, ya que además de destruir su territorio asocian esto a la protección que hacen los privados de las casas de elite que se emplazan en la rivera del lago Ranco, motivo por el que estas torres de alta tensión pasan por los terrenos ancestrales.