Los descuadres que tienen a Mariana Aylwin con un pie fuera de la DC

El historial que ha impreso Mariana Aylwin hace poco más de un año va en una dirección que inapelablemente contradice la unidad de la Nueva Mayoría. Hoy, a pocos días de haber anunciado que no votará por el candidato que respaldó la DC, la ex ministra enfrenta una solicitud de un grupo de militantes que la quieren fuera de la colectividad. Desde la DC parecen no querer prestar mucha atención a un grupo que, dicen, está "sobre amplificándose".

El historial que ha impreso Mariana Aylwin hace poco más de un año va en una dirección que inapelablemente contradice la unidad de la Nueva Mayoría. Hoy, a pocos días de haber anunciado que no votará por el candidato que respaldó la DC, la ex ministra enfrenta una solicitud de un grupo de militantes que la quieren fuera de la colectividad. Desde la DC parecen no querer prestar mucha atención a un grupo que, dicen, está "sobre amplificándose".

Las salidas de libreto y la poca disciplina militante le están comenzando a pasar la cuenta a Mariana Aylwin (DC). La ex ministra de Educación de Ricardo Lagos hizo noticia la semana cuando, junto al grupo falangista “Progresismo con Progreso”, anunciaron públicamente que no respaldarían la candidatura de Alejandro Guillier. En el comunicado explicaban que “no hay condiciones para constituir una alianza política ni apoyar a ningún candidato en esta segunda vuelta (…). Debemos mantenernos como una fuerza independiente, que haga oposición constructiva a quien resulte electo. No queremos votar por ideas ajenas, ni ‘en contra de’”.

Durante la tarde de este lunes se conoció un documento emanado de otro grupo democratacristiano en el que se solicitaba al Tribunal Supremo del partido la expulsión de la facción disidente. En el documento, los militantes señalaban que Aylwin y compañía “han desafiado por medios públicos escritos y/o redes sociales, el mandato del Consejo Nacional celebrado el día 20 de noviembre de 2017 que determinó brindar apoyo a Alejandro Guillier como candidato presidencial de la Democracia Cristiana para la segunda vuelta”.

Este es un solo episodio más que se suma a la lista de conductas fuera del protocolo que ha protagonizado la hija del ex mandatario Patricio Aylwin. Mariana Aylwin nunca se ha sentido cómoda dentro de la Nueva Mayoría, por esa razón dejó los pies promoviendo la idea de que Carolina Goic no disputara una primaria con el conglomerado oficialista. En febrero, antes que su colectividad erigiera a Goic como la abanderada, Aylwin declaraba: “No comparto la tesis de ir a una primaria. Es una ilusión pensar que porque vamos a suscribir un programa vamos a tener más influencia y también me parece una ilusión pensar que podemos ganar una primaria de la Nueva Mayoría, porque son muchos más partidos que nosotros… de alguna manera participar en esa primaria es proclamar a Guillier”.

En marzo esa se convirtió en una batalla ganada para la otrora Consejera Regional. Con Goic instalada ya directamente en primera vuelta, sin competir al interior de la coalición, Aylwin analizaba el escenario y fundamentaba sus motivos para empujar esta opción: “la Nueva Mayoría nos está dejando un país crecientemente confrontado y estancado, no sólo en lo económico, hay promesas incumplidas en salud, en educación, el país ha detenido su desarrollo”. Además, sinceró su posición con respecto a compartir pacto con el Partido Comunista y sectores progresistas de la NM: “se termina la Nueva Mayoría y en la nueva alianza la DC debe poner sus condiciones. Debe ser una nueva alianza donde haya cosas comunes. El PC y otros dentro de la Nueva Mayoría, como el senador Navarro, son políticos que no creen en la democracia, a ellos les gusta Chávez, el modelo cubano, defienden los derechos humanos en una parte sí y en otra no”.

Ese mismo mes, en entrevista con revista Caras, al ser consultada sobre el escenario político a futuro de la Nueva Mayoría, Aylwin declaraba que “hay que romper la Nueva Mayoría como la conocemos. Esta coalición no tiene futuro. Es mayoritariamente rechazada por la gente. ¡No sé cómo no nos damos cuenta! Y lo que le estamos ofreciendo es más de lo mismo. Por lo tanto, o armamos un proyecto común razonable hacia delante o no es posible mantener una alianza de centroizquierda como esta”.

Así la ex titular de Educación pavimentaba sus distancias con la Nueva Mayoría e intentaba acarrear a la DC en su cruzada. En abril insistía en profundizar sus diferencias con el conglomerado de gobierno y anticipaba lo que hoy es una realidad: “Yo creo que si la DC no lleva candidato, va a votar por Piñera. La mayoría de nuestro electorado no va a votar por Guillier, va a votar por Piñera”. “A mí me costaría mucho votar por la derecha, probablemente votaría en blanco o anularía mi voto, pero conozco muchas personas que son demócratas cristianos que dicen que en ese escenario votarán por Piñera”, agregó en aquella ocasión.

Para mayo Mariana Aylwin ya se alzaba como la abanderada encargada de quebrar definitivamente el conglomerado de centro izquierda. En una declaración provocadora e incluso algo contradictoria, Aylwin, cual vocera falangista, le ponía la lápida a la participación de la DC en la Nueva Mayoría: “No estamos dentro de la Nueva Mayoría, aunque sí estamos dentro del Gobierno (…) No podemos tener una alianza con quienes tenemos discrepancias tan profundas. Tiendo a creer que una alianza entre la DC y el PC es muy difícil”, señalaba.

Corría agosto y la ex parlamentaria ya daba luces de lo que sería su pronunciamiento respecto a la, en ese momento, eventual segunda vuelta entre Piñera y Guillier. Al ser consultada sobre el apoyo de la DC al periodista en ese hipotético escenario, Aylwin no dejaba mucho espacio a interpretaciones: “yo no apoyaría a Guillier, por lo tanto, me tendría que ir para mi casa o salirme del partido”.

Hoy esa premisa se asoma más cerca de la realidad. Si bien Mariana Aylwin no se ha “ido para su casa”, ni tampoco ha renunciado al partido, la posibilidad de evaluar su continuidad en la falange se avisora cada día más cerca.

Gabriel Silber, diputado DC y continuo detractor de las posiciones de Aylwin, cree que la atención debiera estar puesta en la segunda vuelta, y no en las posturas “amplificadas” de un grupo que, a su juicio, es minoritario dentro del partido: “Siento que la lógica de este equipo ha sido sobre amplificarse comunicacionalmente respecto de su magnitud e importancia dentro de la DC: “yo nunca he sido partidario de terminar zanjando discusiones políticas por secretaría. En consecuencia creo que es algo extemporánea la solicitud de expulsión. Soy una persona que ha sido firme contradictor de Mariana Aylwin y de sus sector, pero no creo que la tesis estatutaria sea el antídoto para solucionar las causas de la división de la DC”.

La posición de Silber parece ser mayoritaria dentro de la colectividad. Existe una intención de no seguir haciendo eco ni referencia a las posturas de este grupo. Fuentes al interior de la falange señalan que “se está por la idea de que el partido debería ver una medida disciplinaria. Es una conducta que no es primera vez viniendo de Mariana Aylwin, en la que sobrepasa lo que dice la mesa, pero la idea es no seguir haciendo ruido respecto de lo que diga o haga el grupo “Progresismo con Progreso”. Las aguas de la DC vuelven a revolverse.





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