Universidad de Chile también despide a Nicanor Parra

Este 23 de enero falleció a los 103 años de edad el antipoeta y Premio Nacional de Literatura 1969, Nicanor Parra. Titulado en 1937 del Instituto Pedagógico de nuestro plantel, estuvo ligado a la educación superior pública y estatal toda su vida, siendo director interino de la Escuela de Ingeniería y habiendo dictado una cátedra de literatura en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas durante 22 años, hasta 1994. Entre las muestras de duelo de nuestra institución se incluyó un minuto de silencio en la sesión del Consejo Universitario, y la adhesión al duelo oficial de dos días decretado por el Gobierno.

Este 23 de enero falleció a los 103 años de edad el antipoeta y Premio Nacional de Literatura 1969, Nicanor Parra. Titulado en 1937 del Instituto Pedagógico de nuestro plantel, estuvo ligado a la educación superior pública y estatal toda su vida, siendo director interino de la Escuela de Ingeniería y habiendo dictado una cátedra de literatura en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas durante 22 años, hasta 1994. Entre las muestras de duelo de nuestra institución se incluyó un minuto de silencio en la sesión del Consejo Universitario, y la adhesión al duelo oficial de dos días decretado por el Gobierno.

Hoy la Universidad de Chile despide al centenario antipoeta Nicanor Parra Sandoval, quien fuera estudiante de nuestra institución en su Instituto Pedagógico, y también profesor en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas con una cátedra de literatura durante 22 años.

Entre las muestras de duelo que se han expresado en la Universidad de Chile se cuenta un solemne minuto de silencio realizado por sus autoridades en la sesión de hoy del Consejo Universitario, instancia que reúne al Rector Ennio Vivaldi, junto a vicerrectores y decanos y directores de los diferentes institutos, así como la adhesión del plantel al duelo oficial de dos días decretado por el gobierno, por lo que se izarán las banderas universitarias y de Chile a media asta en todas las unidades académicas.

La vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zeran, quien tuviera la oportunidad de entrevistar al artista e intelectual más de una decena de veces durante las últimas dos décadas, recordó su apoyo como fuente durante su trabajo en el libro La guerrilla literaria, que trata sobre la disputa entre Vicente Huidobro, Pablo De Rokha y Pablo Neruda, y calificó a Parra como una figura clave en la historia cultural del país.

“No sólo innovó, renovó y revolucionó la poesía, a propósito de lo que significa la antipoesía, sino que además elevó a las más altas esferas el lenguaje coloquial chileno alcanzando los más importantes premios, desde el Nacional de Literatura al Juan Rulfo, el Premio Cervantes y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, faltando sólo el Premio Nobel”, aseguró Zeran.

La periodista además destacó que Nicanor Parra sobrevivió al siglo XX, “a pesar de que hace rato que escribía y anunciaba su muerte, con gran lucidez y una obra sólida y amplia de la cual conocemos sólo una parte ya que no le gustaba publicar, asi que tendremos Parra para rato a medida que se conozca esa tremenda obra que está por descubrir”.

Durante toda su vida continuó ligado a la institución, siendo Profesor Titular de mecánica racional, dictando posteriormente una cátedra de literatura en FCFM entre 1972 y 1994.

Durante toda su vida continuó ligado a la institución, siendo Profesor Titular de mecánica racional, dictando posteriormente una cátedra de literatura en FCFM entre 1972 y 1994.

Nicanor Parra, el antipoeta, nació el 5 de septiembre de 1914 en San Fabián de Alico, en las cercanías de Chillán, viviendo sus primeros años en el sur de Chile junto a sus ocho hermanos, entre ellos la prolífera artista Violeta Parra, al lado de su padre, profesor primario y músico, y su madre, Clarisa Sandoval.

Llegó a Santiago en 1932 y terminó su enseñanza secundaria en el Internado Nacional Barros Arana (INBA). Es ahí donde comienza a acercarse a los libros y la cultura, hasta que al año siguiente ingresó a estudiar Matemática y Física al Instituto Pedagógico, donde finalmente se apronta con ímpetu a ese mundo.

Como no perdió vinculación con el INBA, ya que se desempeñó como inspector del establecimiento para poder financiar sus estudios superiores, en 1935 comenzó a publicar junto al escritor Jorge Millas y el pintor Juan Pedraza, compañeros de generación, la Revista Nueva, de circulación en la comunidad del internado. Mismo año se publicó Antología de poesía chilena nueva de Eduardo Anguita y Volodia Teitelboim, potenciando así los insumos que alimentaron su bagaje en la materia.

“A medida que Parra explora este horizonte cultural, reacciona con simpatía o desinterés ante determinados lenguajes, estilos, problemáticas, tonalidades. Procura orientarse entre los estímulos y busca, sin mucha conciencia todavía, unas coordenadas que le permitan fijar las condiciones literarias de su propia producción”, señala la biografía de Leonidas Morales publicada en la web nicanorparra.uchile.cl, desarrollada por la Universidad de Chile. Es bajo ese precepto que en 1937 publicó el libro “Cancionero sin nombre”, que al año siguiente fue reconocido con el Premio Municipal de Santiago.

Su obra continuó con la publicación de Versos de salón (1962), Canciones rusas (1967), Obra gruesa (1969), Artefactos (1972), Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977), Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1979), Chistes para desorientar a la policía (1983), Coplas de Navidad (1983), Poesía política (1983), Hojas de Parra (1985), entre otras obras.

Pero la producción de Parra no se redujo sólo a las letras: los artefactos e instalaciones fueron otras de las creaciones del antipoeta. Una de éstas fue El pago de Chile, donde Parra en pleno Centro Cultural Palacio La Moneda expuso colgados a los presidentes de nuestro país.

En 1943 Parra viaja a Estados Unidos y realiza estudios de postgrado en física en Brown University. Regresa en 1945 y se incorpora a la Universidad de Chile como profesor, pero vuelve a viajar en 1949, cuando parte a Inglaterra para asistir a cursos de cosmología en Oxford. La estancia en ese país se prolonga hasta 1952. Posteriormente se dedicó a la academia, principalmente en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Casa de Bello. Pero no sólo enseñó de números: dictó desde 1972 a 1994, en la sala G108 del Departamento de Geología, clases de creación literaria. Generaciones de ingenieros desarrollaron su creatividad a partir de los desafíos del antipoeta.

La Universidad de Chile participó con diferentes actividades de la celebración de su centenario, incluyendo el despliegue de un lienzo con la consigna que dedicara a su alma mater.

La Universidad de Chile participó con diferentes actividades de la celebración de su centenario, incluyendo el despliegue de un lienzo con la consigna que dedicara a su alma mater.

En 1999 recibió la Medalla Rectoral de la Universidad de Chile, en la inauguración del año académico. En la instancia planteó: “No me explico señor rector / Las razones que pudo tener el jurado / Para asignarme a mí / Que soy el último de la lista / Una medalla de tantos quilates / Hay x lo menos una docena de candidatos / Que con razón se sienten postergados / El Juez de Letras que fue Don Andrés los absuelva / Yo por mi parte me querellaré / Contra quienes resulten responsables”.

Este es sólo uno de los reconocimientos que el antipoeta obtuvo a lo largo de su trayectoria. 30 años antes de ese discurso en la Casa Central, fue declarado hijo ilustre de Chillán, mismo año en que recibió el Premio Nacional de Literatura. En 1997 se le otorgó la Medalla Gabriela Mistral del Gobierno de Chile por su aporte a la cultura y a la educación local.

Luego, el año 2001 recibió dos reconocimientos: el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y premio el Bicentenario. Diez años después recibió el Premio Cervantes, transmitido al nieto del antipoeta, Cristóbal Ugarte. Al año siguiente se le otorgó el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda por parte del CNCA.

Pero el Premio Nobel de Literatura le fue esquivo. Las cuatro postulaciones, de la Universidad de Nueva York en 1995; de la Universidad de Concepción en 1997; del Consejo de Rectores, Complutense de Madrid y de Valencia el 2001 y la de la Presidenta Michelle Bachelet el 2012, no fueron suficientes para que se le otorgara este galardón.

Finalmente, el año 2014, las celebraciones oficiales por el centenario comenzaron en la misma sala G108 de la FCFM, las que contaron con una serie de actividades conmemorativas, entre ellas, lecturas ciudadanas, exposiciones y el “parrafraseo”, en el que el 5 de septiembre de ese año, al mediodía, se leyó en diferentes puntos del país en forma simultánea “El hombre imaginario”.

La comunidad universitaria despide al maestro quien dedicara a la Casa de Bello en esa misma ceremonia de 1999 al recibir la Medalla Rectoral, las siguientes palabras:

“Éxito y buena suerte en el puente de mando
Para que la Casa de Eugenio González
Apagones + apagones –
No deje de ser nunca lo que es:
Una pulga en el oído del Minotauro
Chi-Chi-Chi
Le-Le-Le:
U-ni-ver-si-dad-de-Chi-le”.

*Artículo publicado originalmente en Uchile.cl.





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