Más de setenta años tuvieron que pasar para que la explotación de cobalto vuelva a ser un hecho en Chile. Este jueves se anunció un contrato entre la compañía estadounidense Genlith con la familia Calleja Molina para volver a extraer el mineral.
La noticia se da en medio de un fuerte auge de la electromovilidad, que precisamente necesita de cobalto para su desarrollo. Según Eduardo Bitran, vicepresidente de la Corfo, la situación representa una enorme oportunidad para Chile, y volver a explotar el mineral se hace necesario.
“Algunos productores de baterías de autos eléctricos nos plantearon que el tipo de batería que ellos hacían era nca, es decir, níquel- cobalto- aluminio; níquel-cobalto-manganeso, entonces ¿cómo podíamos generar ventajas comparativas en Chile para hacer material de cátodos si teníamos litio, energía solar, pero nos faltaba un ingrediente clave como lo es el cobalto? se cuestionó”.
Lo anterior toma más fuerza si se considera la poca oferta del mineral a nivel mundial. Hoy en día más de la mitad del mercado mundial recae en la República Democrática del Congo y se espera que para el 2026 la demanda aumente en un 34 por ciento.
En otros términos, Chile no puede estar en mejor posición, los principales elementos para crear baterías y autos eléctricos se encuentran en nuestro país. Somos líderes mineros, sin embargo la situación lleva necesariamente a una pregunta: ¿si acá contamos con lo fundamental para crear industria, porque terminamos importando las manufacturas?
Para ingeniero y diplomado en Geomecánica, Jerónimo Verdugo, es fundamental cambiar el modelo de desarrollo de nuestro país, pues asegura que no podemos ser solo un país exportador de materias primas y estar permanentemente importando manufacturas hechas con los recursos naturales de Chile, más aún cuando cree que esta matriz económica no es sustentable.
Sin embargo, cuando se trata específicamente del cobalto, hace hincapié en que por setenta años esta actividad estuvo parada, y lo que corresponde ahora, en primer lugar, es crear las condiciones apropiadas para poder ejecutar su extracción.
“Para poder tener una industria manufacturera en torno a un recurso como el cobalto se necesita, primero, tener bien desarrollada la industria primaria que es la de la extracción, y en el caso específico de este mineral llevamos setenta años sin explotarlo, entonces es difícil aun avanzar a otras etapas”
Por su parte, el economista y abogado Julián Alcayaga, aseguró que la responsabilidad de la falta de industria en Chile recae directamente en el poder ejecutivo, pues a su juicio el país no cambiará su modelo de desarrollo mientras no exista voluntad política.
“Mientras no tengamos un Presidente de la República que se preocupe por el desarrollo de la nación, eso no se hará. No existe ningún impedimento jurídico, económico y técnico, solamente existe el impedimento político, eso es todo, sino el cobre también se fundiría, refinaría y se elaboraría acá, pero para eso se necesita justamente voluntad política”.
El también académico indica que los profesionales y técnicos chilenos resaltan por su calidad cuando se trata de minería, y además de ser buenos en lo que hacen, hay bastantes. Por tanto si las autoridades quisieran realmente cambiar el modelo importador que tenemos, la técnica estaría garantizada, no así la voluntad de los gobiernos.
Alcayaga resalta que si la situación cambiara y las autoridades realmente se comprometieran con desarrollar la industria nacional, la realidad nacional sería muy distinta.
“Por un lado, si se industrializara la minería se crearían muchos trabajos calificados y bien pagados para obreros, técnicos e ingenieros. Por otro lado los ingresos del Estado aumentarían considerablemente si se industrializan el litio y el cobre, entre otros”.
La extracción de cobalto en nuestro país expande aún más la ya rica minería nacional, sin embargo también evidencia la falta de industria nacional para generar nuestras propias manufacturas. El debate está abierto, y al parecer, seguirá en boga de especialistas, porque por ahora no se vislumbra ningún cambio en nuestro modelo primario exportador.