Un artículo publicado por Financial Times este viernes develó que Paul Romer, hasta esta semana economista jefe del Banco Mundial, acarreaba todo un historial de disputas internas en la entidad, por lo menos desde octubre de 2016.
Sin ir más lejos, el diario británico informó que Romer consideraba dejar el banco antes de su entrevista con The Wall Street Jornal, principalmente por su desilusión con las investigaciones que se generaban al interior, aspecto que transmitía a sus personas cercanas y que se pudo saber a partir de sus correos electrónicos, en los que se quejaba por el uso de “datos evidentemente inventados”.
“Nunca en mi vida profesional he encontrado economistas profesionales que digan tantas cosas que son fáciles de verificar y que no sean ciertas”, dijo en uno de estos. “Imagine un campo de la ciencia en el que las personas publican trabajos de investigación con datos obviamente fabricados”, agregaba.
Este es una de las tantas comunicaciones de Paul Romer con otros economistas del Banco Mundial, en los que se debatían puntos de vista sobre el análisis de la institución respecto del crecimiento de los países. Incluso llegó a acusar a sus colegas de “autopromoción desvergonzada”.
La noticia del medio británico viene a poner más antecedentes en el debate sobre lo que ocurrió en las cifras económicas del ranking Doing Business en particular para el caso de Chile. Si bien el economista se desdijo en su blog personal de sus primeros dichos, a través de estos correos se puede saber qué era lo que pensaba antes de la contingencia.