La campaña se anticipa encarnizada y marcada por el hartazgo con los políticos tradicionales.

El favorito de los sondeos, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador se proclamó candidato en un céntrico hotel de Ciudad de México, colmado de militantes que minutos antes lo designaron en votación a mano alzada, entre cánticos y gritos propios de una barra de fútbol.

Ex alcalde de Ciudad de México y de 64 años, ha moderado su estilo combativo y en ocasiones intolerante en busca de más votos.

“Hay que recordar que es la tercera vez que López Obrador se lanza a la presidencia. En las pasadas elecciones presidenciales, desde hace 18 años, él empiezó con una gran ventaja en las encuestas y después se fue cayendo, explicó a RFI el politólogo Isidro Morales, de las Escuela de Gobierno y de Transformación Pública de Monterrey. Puede volver a caer porque tiene fama de ser caudillista.”

Sin embargo, la impopularidad del actual Enrique Peña Nieto y de su Partido Revolucionario Institucional (PRI), hoy rebasado por acusaciones de corrupción, y un repunte de la violencia criminal, han hecho más atractivos los cambios planteados por López Obrador.

En segundo lugar está Ricardo Anaya, un exlegislador de 38 años, militante del conservador Partido Acción Nacional (PAN), cuya juventud y promesas de acabar con los males del PRI son repelidas por sus detractores con acusaciones de corrupción y maquiavelismo.

Anaya competirá por la presidencia en una alianza inédita con el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

“Esta coalición se puede comparar con lo que pasó en Francia con Emmanuel Macron. Ricardo Anaya es igual de jóven que Macron, un perfil social que se le asemeja, y tiene un punto de vista interesante en la medida que quiere combatir la corrupción en el sistema” comenta Isidoro Morales.

México “va cambiar, el PRI ya se va, la pregunta clave en este tipo de elección es qué tipo de cambio queremos, un cambio viendo al futuro o uno atrapado en el pasado”, dijo Anaya al ser proclamado.

En tercera posición se ubica José Meade, un respetado ex ministro de 48 años, sin militancia partidaria, con el que el PRI busca librarse de sus propios pasivos presentándolo como un candidato “ciudadano e independiente”.

“Estos años el sello del PRI ha sido la corrupción. Hay que agregarle que, a pesar de las reformas económicas, el país no ha podido crecer, la pobreza no se ha podido disminuir. También hay un malestar en términos de seguridad.”, recuerda el politólogo Morales.

Todos contra AMLO

La mayoría de las encuestas ubican a López Obrador holgadamente arriba del 30% de las preferencias, mientras que Anaya y Meade se mueven en el entorno del 20%, con el panista en el extremo superior de ese porcentaje y el del PRI en la parte baja, según datos del sitio Oraculus.mx.

En México, cuya legislación electoral no contempla el balotaje, los últimos mandatarios fueron elegidos con menos de 40% de los votos.

La campaña electoral empieza oficialmente el 30 de marzo. Hasta ahora, Anaya y Meade se han enfrascado en un duelo donde cada uno asegura ser el único retador de López Obrador.